Un gran objeto de origen desconocido iluminó el cielo de Siberia el pasado 11 de marzo y los habitantes de esa zona de Rusia pensaron que era un cuerpo celeste, pero se trataba de una plataforma con baterías que pesaba 2,5 toneladas y arrojaron desde la Estación Espacial Internacional ese día.
La Nasa estima que ese objeto, la basura más pesada procedente de la EEI, tardará entre dos y cuatro años en abandonar la órbita terrestre, según publicó RT.
En mayo de 2020 el carguero japonés HTV-9 llevó a la EEI una plataforma con baterías nuevas para el segmento estadounidense de la estación. La plataforma con las baterías que pesaban 2,5 toneladas es de momento la basura más pesada jamás echada desde la estación.
En julio de 2007 el astronauta estadounidense Clayton Anderson tiró al espacio un tanque de amoníaco de 640 kilogramos. En diciembre de 2018, la EEI desechó un complejo de dispositivos científico japonés que pesaba casi media tonelada.