Una expedición de científicos del Centro de Investigación de Aguas Profundas Minderoo-UWA e Inkfish como parte de la Expedición a la Fosa de Tonga 2024, logró grabar a un esquivo calamar de la familia Magnapinna caminando sobre sus tentáculos, de una longitud varias veces mayor que la de su cuerpo. El animal fue captado a unos 3.300 metros de profundidad en la fosa oceánica, una de las más profundas ubicada al sur del océano Pacífico.

Según la revista especializada IFL Science, los calamares pertenecientes al género Magnapinna presentan tentáculos increíblemente largos de hasta 8 metros. Hoy en día sólo se conocen tres especies de estas criaturas, pero los científicos creen que puede haber muchas más.

Es la primera vez que se ve al calamar en la fosa de Tonga y el equipo se considera muy afortunado: hasta ahora se registraron menos de 20 avistamientos de la esquiva criatura.

Los investigadores admiten que el encuentro con Magnapinna es un verdadero éxito, ya que hasta ahora se registraron menos de 20 casos similares. "Siempre esperamos ver este tipo de animal", señaló Alan Jamieson, profesor y científico de aguas profundas de la Universidad de Australia Occidental que captó las imágenes. "No es algo que buscarías activamente y es una especie con la que podríamos encontrarnos solo accidentalmente", asegura Jamieson.

Según el científico, la mayoría de los avistamientos documentados de calamares de aleta grande son "filmaciones fortuitas realizadas durante actividades relacionadas con petróleo y gas".