La Compañía Central de Trenes de Japón comenzó las operaciones comerciales del N700s. El tren está programado para alcanzar velocidades de hasta 360 km/h, lo que lo encumbra entre los ferrocarriles más rápidos del mundo.
El N700S es una evolución de los modelos N700 y N700A: su diseño de ángulos más redondeados, con un morro que parecen mejillas infladas, le permite reducir el impacto sónico cuando entra en los túneles en alta velocidad.
El viaje es más silencioso y estable que el de sus antecesores (y eso que apenas parecen moverse), gracias a un nuevo sistema de suspensión que absorbe el vaivén de la formación.
Este nuevo modelo cuenta con mejoras en los sistemas de seguridad respecto a modelos anteriores, como por ejemplo baterías de iones de litio que le permitirán arribar a la estación más cercana en caso de un corte de energía debido a un desastre natural.
Asimismo, los asientos del tren cuentan con funciones de reclinación mejoradas y su propia toma de corriente, esto con el fin de aumentar la comodidad de los pasajeros durante el viaje. Además, los portaequipajes se iluminan al acercarse a la próxima estación para recordar a los usuarios recoger sus pertenencias antes de descender.
Los vagones cuentan con más espacio para llevar el equipaje, y al llegar a cada estación una serie de luces recuerdan discretamente a los pasajeros que no se olviden sus maletas al bajar.
La hoja de ruta de la operadora JR Central es incorporar 12 unidades nuevas del N700S en el próximo año, y llegar a los 40 convoyes para el 2022.
Si bien las formaciones tendrán 16 vagones como es en el servicio habitual, los convoyes están diseñados para poder llevar entre ocho y 12 unidades, una flexibilidad que le permite ser usado en rutas domésticas o exportado a otros países.
Según publicó Antena3, a pesar de haber registrado durante las pruebas de 2019 una velocidad máxima de 360 km/h, por motivos de seguridad será operado a una velocidad promedio de 285 km/h, de acuerdo a la compañía operadora.