El subsecretario de Integración Federal del Ministerio de Seguridad de la Nación, Federico Angelini, se mostró optimista en que Rosario va a recuperar la paz social, pero instó a ser prudentes frente a dos datos positivos: la baja del número de homicidios y la relativa calma de las últimas semanas luego de la ola de terrorismo urbano de principios de marzo.
“Es un proceso que va a demorar, no va a ser de un día para el otro. Soy optimista de cara al futuro, pero eso no quiere decir que las cosas se resuelvan de un día para el otro. Vamos a ir mejorando todos los días un poquito y seguramente vamos a tener más reacciones de estos delincuentes. No es que esto ya se acabó”, sostuvo el funcionario rosarino.
En ese sentido, consideró que un problema mayúsculo es la “terrible” cantidad de armas que hay en Rosario. A desarmar a la ciudadanía, dijo, apuntan los operativos de saturación que realizan las fuerzas federales y anticipó que en los próximos días habrá novedades importantes sobre este tema específico.
Como sea, Angelini remarcó que las estadísticas de homicidios “marcan que estamos por el camino correcto” y pareció emocionarse cuando señaló que “Rosario no es invivible, es la ciudad más linda del mundo y vamos a lograr que esté mejor”.
En ese sentido, destacó el trabajo conjunto de la provincia y el gobierno nacional, y la decisión “fuerte de (Javier) Milei y (Patricia) Bullrich de recuperar la Rosario hermosa” al enfrentarse a quienes “intentaron generar pánico”.
“Lo lograron los primeros días. Pero la reacción del Estado en su conjunto fue muy superior. Sin ningún tipo de retroceso ni contemplaciones, vamos a agarrar hasta el último delincuente”, advirtió.
Al ser consultado sobre el móvil de los crímenes de principios de marzo, respondió: “Sin lugar a dudas hacer que el Estado retroceda. Esto que estamos haciendo, la decisión política de actuar coordinadamente es algo que les está generando muchos inconvenientes para manejar las organizaciones desde la calle, vender droga y que las sustancias lleguen a Rosario”.
Sobre este último punto destacó que en “los operativos en frontera se están incrementando por cientos las incautaciones”, lo que hace que la droga “no llegue a destino”.
Eso, dijo, corta el flujo y con las políticas carcelarias se complica también “a los abogados el negocio de intermediar entre el que está preso y el que esté afuera. Eso generó la acción de estos delincuentes”, enfatizó.