El ruido de la lluvia incesante en Rosario se confunde con el llanto del otro lado de la línea. La que llora es María Isabel en Misiones. Llora por Dana, su hijita de dos años que está acá cerca, en San Lorenzo, al cuidado de su tía y de quién quedó separada por la cuarentena. Y llora por Bianca, su otra hija de 4 años que murió el 17 de marzo en el Hospital Italiano tras padecer un cáncer de cerebro.
Su desgarradora historia que también es la de su esposo, fue contada por Rosario3 y este lunes tiene la voz de María Isabel, quien por estas horas ruega junto a su marido por un salvoconducto que les permita reunirse con la pequeña Dana, quien se quedó en la vecina localidad cuando sus padres volvieron a Posadas con el cuerpo de su hermanita fallecida, tras 6 meses de internación en Rosario.
Ese trágico día, María Isabel y su esposo debieron dejar a la hija menor sin imaginar que 2 días después no podrían ya regresar a buscarla. “Es la luz que necesitamos para seguir”, resumió la mujer sobre la profunda necesidad de tener a su beba entre sus brazos. “Solo me tuvo como mamá un año porque cuando Bianca se enfermó tuve que dedicarme a cuidarla y ya, en el último tiempo, tuvimos que dejarla con mi hermana en San Lorenzo. Ella ni siquiera me dice mamá”, manifestó.
La pareja necesita que se abra un salvoconducto que les permita el reencuentro. Desde la Municipalidad de Rosario se realizaban gestiones a fin de abrirles camino a la pequeña y su tía para que viajen hacia el norte, hacia casa. “Mamá está destrozada y papá también pero hacemos tripa corazón y ahora mismo vamos a pedir acá en Posadas que nos ayuden. El dinero lo vamos juntando. Dana, nuestra pitufina, hace meses que no está con nosotros, nos necesita y nosotros a ella”, señaló.
“Bianca es el recuerdo, Dana es la vida que sigue adelante, a pesar del dolor de la muerte de un hijo que es inimaginable. Ver a una hija sufrir es terrible por eso su muerte fue saber que ya no sufría aunque era una niña llena de vida”, expresó.