El Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu) exige al Poder Judicial santafesino que se desarchive la causa para investigar el caso de Bruno Gentiletti, el niño que desapareció del balnerario La Florida el 2 de marzo de 1997.
Desde el Sifebu, dependiente del Ministerio de Seguridad de la nación, exhortan a desarchivar la causa y solicitan que la deriven de manera urgente a la Justicia federal, que es el ámbito que debería investigar el caso, desde que cambió la carátula en 2007, de búsqueda de paradero a desaparición, un delito que no prescribe.
Desde que comenzó la investigación, hace 23 años atrás, la madre de Bruno Gentiletti, Marisa Olguín, desconfió de la policía y de la Justicia santafesinas. “A la Justicia de Rosario le molesta y le va a molestar siempre que Bruno Gentiletti aparezca. Porque hay un montón de irresponsabilidades. No lo buscaron. Desde el primer momento se dijo que Bruno estaba ahogado y que me dejara de molestar. Giacometti (ex subjefe de la Unidad Regional II de Rosario) me decía ‘señora dejé de molestarme todos los días acá porque su hijo está ahogado'”, recuerda Marisa.
El pedido del traspaso al ámbito federal es clave para la familia de Bruno, sobretodo porque revisar la causa en esos Tribunales podría determinar si hubo responsabilidades o encubrimientos por parte de las fuerzas de seguridad y otros organismos del Estado.
“Uno realmente cuando se pone a buscar a un hijo se enfrenta con muchísima gente. Yo buscando a Bruno descubrí lo corrupta que es la policía de Santa Fe. Y lo digo con todas las letras. En la Justicia nunca se activó nada de lo que se debía para que a Bruno se lo buscara bien. Ahí me di cuenta de que el caso de Bruno molestaba en todos lados porque hubo una madre que no se quedó con lo que le dijo un juez, ni dos o tres jefes de la policía. Fui una madre que se emperró en buscar a su hijo y buscando a mi hijo, encontré un montón de cosas. Hasta amenazada estaba”, dice Olguín sobre el derrotero que vivió durante estos 23 años de búsqueda y lucha incansables.
Entre otras cosas, el pedido para que la causa se desarchive es también para actualizar la imagen de Bruno que hoy tendría 31 años. La última disponible de su rostro se realizó a partir de una técnica de progresión de edad, en el International Centre for Missing & Exploited Children, en Estados Unidos. Esa foto reflejaba cómo podía ser Bruno a sus 17 años. Ahora y con la evolución de las redes sociales, para la familia urge pensar cómo se vería a los 31, para que su imagen circule y alguien pueda reconocerlo, en el caso de que siga con vida.
“El Estado tiene que garantizar que la búsqueda de Bruno siga hasta que se encuentren aunque sea los restos, si es que ellos piensan que son los restos los que se tienen que encontrar. Pero a mí me lo van a tener que demostrar. Bruno tiene el derecho de que se lo busque y que se sepa la verdad hasta las últimas consecuencias y que caiga el que tenga que caer”, dice la madre.
Olguín, que durante más de dos décadas acompañó a otras familias que pasaron por situaciones similares a las suyas en todo el país, exige que haya justicia. “¿Sabés lo que es rogar durante 23 años que te busquen a tu hijo? Si en Santa Fe hay un protocolo de búsqueda de chicos es gracias a la desaparición de Bruno. Y yo no puedo seguir buscando al mío porque todos me traban los caminos”.
El protocolo al que Olguín se refiere es el Registro Provincial de Niñas, Niños y Adolescentes Desaparecidos, creado en 2006 por la Ley 12.545, por el que ella y la tía de Bruno, Marisa Gentiletti, trabajaron mucho tiempo.
El organismo funciona dentro la órbita de la Secretaría de Derechos Humanos provincial y se ocupa de la búsqueda y localización de niños, niñas y adolescentes cuyo paradero ha sido denunciado como desconocido. La repartición tiene la misión de contener y asistir a las familias de esos chicos. Además, tiene entre sus funciones informar de las denuncias al Ministerio de la Acusación y a las fuerzas de seguridad provincial o federal, depende de los casos o las sospechas existentes por comisión de delito. Según informó el nuevo Director Provincial de Protección de los Derechos Civiles y Políticos, Santiago Bereciartua, más del 90% de los casos en los que interviene el Registro está relacionado con chicas y chicos que se fugan de sus hogares o de las instituciones en las que viven por problemas familiares o de convivencia.
En la provincia de Santa Fe, actualmente, hay sólo dos niños que permanecen desaparecidos desde hace un tiempo prolongado. Uno es Maximiliano Javier Sosa, de la localidad de Ceres, que fue visto por última vez a sus tres años en diciembre de 2015 y el otro, Axel Lionel Ledesma, de la misma edad, que desapareció en enero de 2008 en Santa Fe.
“Desaparecer significa que alguien te robe a tu hijo y lo haga desaparecer. Alguien hizo desaparecer a Bruno, alguien hizo desaparecer a María Cash, alguien hizo desaparecer a Sofía Herrera, alguien hizo desaparecer a Kevin Sánchez”, enumera la madre de Bruno, evocando los casos más resonantes de nuestro país que todavía hoy no tienen respuesta.