Una pareja de Rosario fue noticia a raíz de la curiosa forma en que el muchacho le pidió casamiento a la mujer. Lejos de los lugares comunes, distante de flores y anillos, optó por hacerle “la pregunta” a través de quesadillas.
De acuerdo a lo que publicó el sitio Todo Noticias (TN), con la complicidad de Amalia, la encargada de un bar de Rosario y la colaboración del chico que llevó el pedido, Miguel le preguntó a su pareja desde hace cinco años: “¿Amor, te querés casar conmigo?”, y la respuesta fue un “Sí”.
Ellos se conocieron en 2016 a través de una app de citas. “Me instalé en la casa de él hasta que mi hermana se fue a Brasil y nos mudamos al departamento en el que vivía yo con ella”, contó Jimena.
“Tenía 33 años y no quería esperar más para no ser mamá de más grande. Como estábamos en plena cuarentena no era una opción el casamiento entonces nos enfocamos en formar la familia”, explicaron sobre la decisión de tener hijos.
La mamá de Jimena es melliza y cuando se enteraron de que estaban embarazados, sospecharon que podía llegar a pasar: “Sabíamos que había una posibilidad que nos tocara a nosotros y los mellizos Astor y Amelie nacieron el 10 de marzo de 2021. Como tuve preeclampsia llegaron por cesárea a las 33 semanas”.
Eso hizo que los bebés quedaran internados tres semanas en neonatología: “Uno de esos días de tanto ir y volver a neo para intentar amamantarlos, me empecé a sentir mal y empecé a tener mucha fiebre. Me hisopé y el resultado fue que tenía covid. Nos quedamos encerrados con Miguel los dos. Fueron diez días que no nos vimos con los chicos”.
Jimena transitó la enfermedad con mucha fiebre y además, con la angustia de estar separada de sus bebés: “En el confinamiento, Jime estaba bastante mal, si bien Amelie dio positivo, ellos no tuvieron ninguna complicación más allá de una febrícula. Pasaron los días y finalmente nos dieron el alta y desde ahí no nos separamos nunca más”, advierte Miguel.
Durante el aislamiento fue la primera charla formal sobre casamiento: “Durante esos días, para no maquinar fabriqué una especie de sortija muy rústica y le hice una propuesta a Jime, pero todo quedó ahí”, dice Miguel.
Cuando los chicos ya estuvieron en casa y todos a salvo, decidió pedirle matrimonio pero no de una forma clásica: “El jueves a la noche me junté a comer con unos amigos y ella había quedado a cargo de los mellis sola. Para que no se cocine, le mandé unas quesadillas que pedimos siempre juntos a un bar. Ellos suelen mandar algún mensaje lindo y aproveché para pedirles que le mandaran la propuesta de si se quería casar conmigo”, manifestó.
Después del “sí”, consiguieron turno en el Registro Civil el 24 de septiembre al mediodía: “Estamos muy contentos, vamos a hacer una ceremonia íntima respetando los protocolos con la familia y el jueves, en el restaurante nos organizaron una cena romántica para celebrar el amor”, comentaron.