El partido Frente Renovador emitió un informe sobre la puesta en funcionamiento del gasoducto Presidente Néstor Kirchner a un año de su inauguración. La obra conocida como Tramo I, que se extiende por 573 kilómetros, desde la localidad de Tratayén en Neuquén hasta Salliqueló en Buenos Aires, incorporó a la red más de 16.600 kilómetros de gasoductos de transporte a lo largo del país.
El 9 de julio se cumplió un año de la inauguración del gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), cuya construcción, según señalan desde el partido de Sergio Massa, fue necesaria “debido al declive en la producción de gas natural convencional nacional y a las necesidades de abastecimiento del Norte del país, Argentina todos los años importa gas natural de Bolivia, a través del Gasoducto Norte, y Gas Natural Licuado que llega al puerto de Escobar, y a veces al de Bahía Blanca, para suplir sus necesidades”.
De acuerdo a lo que sostienen, “el descubrimiento y la explotación de gas natural no convencional en Vaca Muerta, la segunda mayor reserva del mundo, ofrecieron la posibilidad de revertir esta situación y abastecer al país con gas natural propio. Sin embargo –advirtieron– Vaca Muerta no se podía desarrollar en beneficio de nuestro país sin infraestructura. El mayor límite para aumentar la producción de gas y llegar con Vaca Muerta a todo el país, era la falta de gasoductos. Esto se logró en tiempo récord con compromiso y gestión”.
La construcción del GPNK requirió una inversión de 2,2 mil millones de dólares y generó 48,800 puestos de trabajo directos e indirectos. “Esta monumental obra no solo representó un hito en infraestructura, sino que también impulsó significativamente la economía local”, resalta el informe publicado en redes sociales.
El gasoducto tiene un impacto en los costos de energía, según el Frente. “Las facturas de energía eléctrica y gas natural se componen de cuatro elementos básicos: el costo de la energía (eléctrica o gas natural), el costo de transporte, el costo de distribución y los impuestos. EL GPNK bajó fuertemente el costo de generación de energía eléctrica, más de 10USD por Mwh. Es decir: el gobierno actual heredó un sistema eléctrico radicalmente más barato debido a que pudo contar con una inyección de 10 millones de m3/día del GPNK, lo que permitió reemplazar el uso de combustibles líquidos más caros y contaminantes como el gasoil y el fueloil”.
También destacaron una rebaja en los subsidios. “Los subsidios a la energía, que en 2023 representaron el 1,6% del PBI nacional, en su mayor parte cubren la diferencia entre lo que los usuarios pagan por la energía (eléctrica o por el gas natural) y lo que sale realmente esa energía.
Debido a que el gas natural de VM es mucho más barato que los combustibles líquidos o el gas natural importado (Bolivia, o GNL), la posibilidad de utilizar el gas natural nacional generó una baja en el costo de generación de la energía eléctrica y en el servicio de gas natural. Es decir: la cuenta de subsidios bajó por el mero hecho de construir la infraestructura para el gasoducto, en línea con el proyecto anunciado por Sergio Massa de reducir los subsidios a la energía mediante la disminución de los costos de producción (en lugar de con aumentos impagables de tarifas)”.
El informe señala que “en diciembre de 2023, la fuerte devaluación del gobierno de Milei hizo que los subsidios a la energía aumentaran automáticamente. El plan que el gobierno había anunciado de aplicar una “canasta básica energética” falló y la cobertura del precio real de la energía alcanzó niveles históricamente bajos. Sin embargo, la baja del costo de energía por el GPNK, hizo que el impacto en las cuentas fiscales sea menor”.
Balance energético positivo
Desde agosto de 2023, Argentina ha mantenido un superávit en su Balanza Comercial Energética, destaca el documento publicado. Este logro se debe, explican, a la mayor oferta hidroeléctrica, el impacto positivo del GPNK en la producción termoeléctrica y la recesión económica que redujo la demanda interna. “En los primeros 5 meses de 2024, la balanza energética ha alcanzado un superávit de 2,917 millones de dólares: más exportaciones y menos importaciones. Este cambio estructural marca una transformación significativa en la economía del país.”, precisaron.
“La producción de gas natural no convencional ha permitido compensar el declive de los pozos convencionales, alcanzando en mayo de este año el valor más alto de producción mensual desde 2009”; plantearon. “Por eso es necesario que se continúe avanzando con las obras de infraestructura, como las plantas compresoras de Tratayén y Salliqueló, la reversión del Gasoducto Norte, y el Tramo II del GPNK que permitirán mayor evacuación proveniente de la cuenca neuquina y llegar a todo el país con el gas de Vaca Muerta”, consideraron.
Reducción de emisiones de C02
“La combinación de la incorporación de potencia renovable no convencional con la mayor generación hidroeléctrica y la mayor oferta de gas natural gracias al GPNK, en detrimento de combustibles más contaminantes, ha producido una baja significativa en las emisiones por unidad de energía generada. Generamos más energía y más limpia”, resaltaron.
Por último, a modo de resumen, valoraron: “A un año, queda claro que el gasoducto no es gasto público, es inversión estratégica. Los beneficios económicos y ambientales que ha traído no se pueden negar y fue fundamental para disminuir el impacto del desabastecimiento de gas natural que padeció la industria argentina durante el mes de mayo del corriente año.
Tenemos la posibilidad de acceder a energía a precios competitivos para el desarrollo humano, comercial e industrial de nuestro país, de desarrollar proyectos exportadores y con generación de valor agregado local.
A un año del GPNK, es necesario que pongamos en valor la infraestructura nacional y exijamos que el gobierno nacional se comprometa con el avance de la reversión del norte, el Tramo II y las plantas compresoras”.