El chatbot de inteligencia artificial ChatGPT, personificado por un avatar de un hombre en una pantalla gigante sobre el altar, ofreció un sermón en una iglesia luterana St. Paul en Fürth, Baviera, Alemania.
Una hora antes de que comenzara el servicio, la gente formó una larga cola fuera del edificio neogótico del siglo XIX para presenciar lo que la IA podía ofrecer.
El sermón del chatbot se centró principalmente en temas relacionados con dejar atrás el pasado, vivir el presente, no tener miedo a la muerte y mantener la fe en Jesucristo. Cuatro avatares de IA diferentes se turnaron para impartir los sermones y dirigir el servicio.
El rito, que incluyó el sermón, las oraciones y la música, fue supervisado por Jonas Simmerlein, teólogo y filósofo de la Universidad de Viena. "Concebí este servicio, aunque en realidad fui más bien un acompañante, diría que alrededor del 98 % proviene de la máquina", comentó el teólogo de 29 años.
Una misa sin alma
Los cuatro avatares de IA que se turnaron para liderar el servicio en ocasiones provocaron risas por su monótona e inexpresiva entrega, con lo cual no todos quedaron impresionados por el servicio futurista para muchos la ceremonia carecía de "alma".
"No había corazón ni alma", dijo Heiderose Schmidt, de 54 años, uno de los fieles que asistió a la misa y agregó que "los avatares no mostraban emociones en absoluto, no tenían lenguaje corporal y hablaban tan rápido y monótonamente que me resultaba muy difícil concentrarme en lo que decían".
Incluso Simmerlein admitió que la tecnología carecía del toque personal que la diferencia de los humanos. "La pastora está en la congregación, vive con ellos, entierra a la gente, los conoce desde el principio. La inteligencia artificial no puede hacer eso. No conoce a la congregación", expresó.