Un equipo de astrónomos de la Academia de Ciencias de China, dirigido por Song Wang, descubrió un fenómeno celeste inusual, posiblemente el agujero negro más pequeño jamás detectado. El descubrimiento se produjo a unos 5.825 años luz de la Tierra, donde se observó una estrella gigante roja que se movía en una lenta danza orbital con una compañera binaria invisible. El equipo bautizó el hallazgo como G3425.
La investigación del equipo se publicó en la revista Nature Astronomy, en el mismo afirman que el componente visible de G3425 es una estrella gigante roja, el tipo de cuerpo estelar que se forma cuando una estrella agota su suministro de combustible de hidrógeno y ya no puede llevar a cabo la fusión nuclear en su núcleo. Esto hace que sus capas externas (donde continúa la fusión) se "hinchen" hasta alcanzar un ancho de hasta 100 veces el original de la estrella.
El descubrimiento tiene implicaciones significativas para la comprensión de los agujeros negros pequeños. "El raro descubrimiento de G3425 aporta evidencia de la existencia de agujeros negros con brecha de masa en sistemas binarios que no interactúan, lo cual es difícil de detectar mediante emisión de rayos X", afirmaron los investigadores en su artículo.
Los científicos señalaron además que "la formación de su órbita circular sorprendentemente amplia desafía las teorías actuales de evolución binaria y de explosión de supernovas". El equipo de Wang utilizó espectroscopia del Telescopio Espectróscopico Multiobjeto de Gran Apertura de la Academia China de Ciencias y datos de Gaia para su descubrimiento innovador. El proyecto a largo plazo tiene como objetivo cartografiar la Vía Láctea en tres dimensiones, incluido el seguimiento de los movimientos y velocidades de las estrellas.
"El agujero negro se encuentra dentro de la famosa brecha de masa, lo que lo convierte en uno de los agujeros negros más ligeros descubiertos hasta ahora", dijo Song al sitio especializado Space.com. "Este descubrimiento no solo confirma la existencia de agujeros negros con brecha de masa, sino que también demuestra que los sistemas binarios que contienen agujeros negros de baja masa pueden sobrevivir a una explosión de supernova".
Song y sus colegas detectaron este agujero negro de masa estelar en datos recopilados por el Telescopio Espectróscopico de Fibra Multiobjeto de Gran Área del Cielo (LAMOST) y por el telescopio espacial Gaia , que mide con precisión las posiciones de miles de millones de estrellas en la Vía Láctea y más allá. Esta combinación de datos y técnicas permitió a los investigadores observar el "tirón" gravitacional del agujero negro sobre su estrella enana roja compañera, obligándola a revelarse.