Twitter dejará de ofrecer su servicio de monitoreo de cuentas, TweetDeck, de forma gratuita. La medida supone un duro golpe para los usuarios que confiaron en la plataforma para el análisis comparativo de redes sociales y la supervisión de contenido.
A partir del 1 de agosto, los usuarios deberán suscribirse al servicio de pago Twitter Blue para tener acceso al servicio. Para incentivar el cambio en las reglas de juego, lanzó una nueva versión de TweetDeck que incluye opciones personalizables, como elegir un color de tema. Los usuarios individuales deberán pagar $8 dólares por mes para verificar sus cuentas y acceder a TweetDeck, mientras que las organizaciones e instituciones deberán abonar $1000 dólares cada mes.
Lo que se desconoce es si las tarifas que se anunciaron serán indiscriminadas para todos los países del mundo o si existirán diferenciaciones por situación económica.
“Todas sus búsquedas, listas y columnas guardadas se transferirán al nuevo TweetDeck. Se le pedirá que importe sus columnas cuando cargue la aplicación por primera vez”, anunció la compañía en un tuit el 4 de julio. El día anterior los usuarios experimentaron fallas en el servicio debido a que el equipo de Musk había estado jugando con los algoritmos de Twitter para limitar la cantidad de tweets que los usuarios pueden leer.
TweetDeck, inicialmente una aplicación de tablero para la administración de cuentas de Twitter, fue lanzada en 2008 y adquirida por Twitter en 2011 por $40 millones de dólares.
Esta cambio de política respecto a TweetDeck da cuenta de las dificultades que atraviesa Elon Musk para instalar el impopular servicio Twitter Blue, en su estrategia para aumentar los ingresos de Twitter. A partir de mayo, la empresa había perdido el 66 por ciento de su valor de mercado desde que la compró en octubre, y lucha por mantener a flote y atraer anunciantes.
El momento para hacer público la decisión respecto a TweetDeck se da tras el anuncio del lanzamiento de Threads, un competidor directo de Twitter creado por Meta, que saldrá al mercado el 6 de julio. Su CEO, Mark Zuckerberg, espera desencadenar un éxodo masivo de la plataforma de Musk.
Twitter ya está cobrando a los desarrolladores, aplicaciones de terceros e investigadores para acceder a su interfaz de programación de aplicaciones (API). El último anuncio para cobrar por TweetDeck reduce su potencial para atraer nuevos usuarios.