El 15 de diciembre del 2022, un grupo de trabajadores portuarios tomó por asalto el Concejo y luego la Municipalidad. Al grito de “con los portuarios no se jode”, los manifestantes ingresaron al recinto de sesiones generando destrozos en su camino y luego hicieron lo mismo en el palacio de Los Leones donde arrancaron una hoja de la histórica puerta de acceso al edificio.
Sin saberlo, los manifestantes generaron un daño que a la fecha todavía es incalculable y que va a demandar todavía varios meses para poder repararlo. Es que las puertas del ingreso al municipio son las originales del momento en el que fue inaugurado el edificio, hace 130 años.
A las pocas horas del ataque, los restos de la puerta llegaron al galpón que la secretaría de Obras Públicas tiene para la restauración de las obras de arte que ornamentan los espacios y el mobiliario urbano de la ciudad. Desde ese entonces se vienen realizando distintos trabajos que van desde la clasificación de las piezas, hasta la búsqueda de la materia prima necesaria para repararla.
“Vos ahora la ves acomodada, pero llegó explotada. Tuvimos que juntar pedacito por pedacito. Hasta la más mínima tabla para poder restaurarla”, reveló a Rosario3 el director de Restauraciones de la municipalidad de Rosario, Cristian Vivas.
El trabajo inicial fue el más complicado. Después de trasladar la montaña de maderitas hacia el galpón, tuvieron que empezar a reconstruir la puerta. Casi como un rompecabezas. “La hoja que arrancaron es la que llegó en peores condiciones. Pero la otra también fue vandalizada aunque solo la parte de abajo”, agregó Manuel Casal, coordinador del taller.
Al trabajo de Cristian y Manuel, se le suma el de Víctor Lavinia, el subdirector general de arquitectura de la secretaría de Obras Públicas de Rosario. Ellos tres son los encargados de dirigir al grupo de restauradores a cargo de la difícil tarea de preservar el arte en los espacios públicos de la ciudad.
Para la restauración de la puerta, el equipo tuvo que solicitar apoyo externo. Es que el portón contaba con una gran cantidad de bajorrelieves que los artesanos de esa época hicieron sobre el cedro misionero con el que se construyó el portón.
“Tuvimos que contactar a un ebanista para que nos ayude en el tallado, armado y encastre de las piezas. Es un chico de Rosario que viene de trabajar muchos años en España”, sostuvo Vivas.
Pero además de llamar al especialista, los equipos técnicos del área de restauraciones tuvieron que fabricar cuchillas especiales para poder darle forma a la madera. “Es todo artesanal, tenemos que fabricar los moldes. No es que agarrás una madera la ponés en una máquina y queda el tallado así”, añadió el director municipal.
Si bien ya lograron determinar qué el 80 por ciento de la puerta se puede restaurar y un 20% se tiene que hacer a nuevo, el problema ahora radica en conseguir la materia prima.
“Estamos en la búsqueda de un cedro misionero que tiene que ser secado de forma estacional. Hoy lo que te venden son maderas secadas a horno. Si nosotros usamos esa madera, al estar expuesta al sol, puede doblarse o ceder en alguna parte y es lo que no queremos”, sostuvo Vivas.
Según calculó Lavinia, este secado natural que necesita la madera requiere entre seis y ocho meses. “Ya hablamos con gente y nos confirmaron que existe la posibilidad de que nos consigan las maderas, pero hay que esperar”, remarcó.
En el mientras tanto, los restauradores avanzan en recuperar las partes de la puerta que quedaron en condiciones. “Vamos pieza por pieza viendo qué es lo que hay que hacer, si necesitan encastres, restauración o si directamente hay que utilizar madera nueva”, detalló Casal.
Pese al desafío que genera restaurar un trabajo que se hizo hace 130 años atrás y con un nivel de detalle único, los restauradores confían en poder hacerlo. “Hace 20 años que trabajamos de esto, acá llega parte de las obras que son vandalizadas en los espacios públicos”, remarcó Vivas.
“Nosotros ya restauramos en su momento la puerta del Concejo cuando la prendieron fuego durante una propuesta. Eso fue mucho peor que esto. Era un cedro brasilero que un aserradero de acá nos consiguió y la pudimos recuperar a nueva”, recordó el funcionario.
Una reparación “invaluable” que alguien tiene que pagar
Por las características del trabajo, los especialistas aseguran que va a ser muy difícil calcular el valor real de la restauración de la puerta. “Podemos decir cuánto nos salieron los materiales, pero nos va a demandar una cantidad de horas importante y eso hace que sea incalculable el costo”, sostuvo Lavinia.
Pese a esto, desde el municipio trabajan en un convenio a firmar con el Supa para que el gremio se haga cargo de al menos una parte de los daños que generaron sus afiliados. El objetivo es por un lado labrar un acta por la falta que cometieron y por el otro buscar algún tipo de resarcimiento extra.