La situación crítica que vive el Transporte Urbano de Pasajeros (TUP) en Rosario no es nueva y sigue empeorando. De acuerdo al estudio de costos de la primera quincena de febrero, oficializado este lunes por el Ente de la Movilidad, tanto los costos fijos como los variables sufrieron fuertes subas mientras que los pasajeros transportados siguen en baja.
A todo este panorama se le suma también la decisión del gobierno nacional de quitar los subsidios directos que reciben las empresas y mantener únicamente el subsidio a la demanda por intermedio de la tarjeta Sube, algo que alcanza principalmente a los beneficiarios de asignaciones.
En el último reporte de costos, la suma de los gastos variables y fijos subieron un 40% entre diciembre y febrero. Pero en ese mismo lapso hubo una caída en el promedio de pasajeros transportados por kilómetro que pasó de 1.48 a 1.46. Este cálculo es el que utiliza el Ente de la Movilidad para calcular el valor real del boleto, que sale de dividir la totalidad de los costos por ese promedio de personas que viajan.
Cabe aclarar que el promedio de pasajeros transportados no refleja del todo la realidad del sistema ya que, de acuerdo al municipio, actualmente la cantidad de personas que se suben al colectivo está en números similares a los previos al inicio de la pandemia. El tema es que el cálculo se hace solo con los que pagan la totalidad del boleto. En el caso de los que tienen el 55% de descuento por los atributos que otorga la tarjeta Sube, por ejemplo, de cada 100 personas se computan 45 como tickets totales. Mientras que los beneficiarios del Boleto Educativo Gratuito directamente no se computan.
En números concretos, el valor que deberían percibir las empresas por cada rosarino que se toma un colectivo pasó de $1.164,18 en diciembre a $1640,28 en febrero. Si a eso se le aplican los subsidios que aportan al sistema tanto la nación como la provincia y el municipio, ese número llega a $1.215,50
Pero a eso todavía hay que sumarle el 10.5% de IVA que tributan las empresas de transporte y que lleva el valor final del boleto a $1.343,12. De ese número, actualmente un pasajero de Rosario paga $340, poco más de un 25% de lo que deberían pagar para que el sistema sea sostenible.
Como ya se ha explicado en notas anteriores, esa diferencia entre el costo final del boleto y lo que pagan los pasajeros se recupera con la baja de frecuencias, la reducción de limpieza de las unidades y el deterioro de las unidades.
Esta situación prácticamente inviable a la que llega el sistema, no solo se explica en la quita de subsidios nacionales, sino que también en la caída de pasajeros. Es que la estructura que se armó para sostener al transporte público en Rosario, y en todo el interior del país, se convirtió en una verdadera trampa.
Es que, ante la incapacidad de mejorar los costos que tiene el servicio bajando, la única forma de cubrir esos gastos es con más pasajeros que usen el colectivo y por ende se paguen más boletos o aumentando el valor del pasaje para que menos gente pague más y así sea "sostenible".
Pero actualmente no ocurre ni una cosa ni la otra. Ante cada aumento de boleto, hay una caída en los pasajeros transportados y eso hace que todo el sistema se vuelva todavía más caro de lo que es.
Teniendo en cuenta los costos antes mencionados, desde el municipio se preparan para una nueva actualización de la tarifa, que apuntan a que se discuta este jueves en la última sesión extraordinaria del Concejo antes del inicio del nuevo año legislativo el 1º de marzo.
Si bien la idea es dialogar con todos los sectores, lo concreto es que el Ejecutivo tiene mayoría parlamentaria por lo que no necesitará de grandes acuerdos para volver a actualizar la tarifa, a menos de un mes de haberla subido por última vez.