La noche del 18 de diciembre pasado vientos con ráfagas de más de 100 kilómetros por hora cruzaron Rosario. También fue intensa la lluvia y las descargas eléctricas de ese cielo de primavera con los días contados. La combinación provocó el derrumbe de centenar de árboles y ramas algunos de los cuales cayeron sobre inmuebles y autos. Uno de esos gigantes abatidos fue un plátano, que en Vera Mujica al 4800, se precipitó sobre la  casa de Lidia y literalmente la partió en dos.

Además de los anegamientos, cada vez que se registran tormentas fuertes en la ciudad –la mayoría de ellas alertadas por el Servicio Meteorológico Nacional –la postal del “después” es la de los árboles caídos. Afortunadamente, el caso de Lidia es una grave excepción pero lo cierto es que abundan los registros de ejemplares que terminan en el pavimento o encima de un coche estacionado y también el de enormes ramas desprendidas de los troncos.

Rosario3 consultó al respecto al secretario de Ambiente y Espacio Público,  Diego Leone, quien aseguró: “La cantidad de árboles que se caen en las tormentas es muy poca teniendo en cuenta que Rosario tiene más de 400 mil ejemplares ubicados a lo largo de 16 mil cuadras”. Y señaló: “Cuando después de una tormenta se informa sobre 100 casos hay que advertir que no son todos árboles sino ramas de gran porte”. 

“La caída de un árbol es algo que puede suceder teniendo en cuenta que últimamente las tormentas son muy fuertes, con vientos intensos. Los árboles se cargan de agua y soportan el viento, resisten pero es posible que terminen derribados”, explicó e insistió: “Es un número chico pero se nota ya que se precipitan sobre autos precisamente porque están en la calle todo el día”.

El funcionario reconoció que los desplomes “afectan puntualmente” y advirtió que “van a seguir afectando porque hay tormentas extraordinarias con gran caída de agua en poco tiempo debido al cambio climático”. Además, otro factor que influye es la situación de las raíces contra los cordones que al quedar cortadas promueven el desequilibrio del ejemplar.

Leone explicó que “los árboles como todos los seres vivos se enferman y es por eso hacemos un mantenimiento del arbolado, cortando malformaciones, ramas fuera de lugar, detectando los que se pudren”. De acuerdo a lo que confirmó “se hace mantenimiento, se extraen los que han muerto y se los reemplaza por árboles nuevos de la misma especie”. Esto último se desarrolla entre abril (otoño) y octubre (primavera).

Para el secretario, el mantenimiento del arbolado que se concreta con personal propio, una empresa privada y maquinaria específica “permite tener menos árboles caídos en los cuadrantes donde se desarrolla”. Sin embargo, dada la cantidad de ejemplares no se puede ejecutar en la totalidad, según apuntó.

Los árboles de Rosario

 

De acuerdo a lo que informó la Secretaría de Ambiente y Espacio Público, Rosario “es una ciudad que tiene una de las tasas más altas de espacio verde por habitante en Latinoamérica (12,5 metros cuadrados)”. Actualmente cuenta con  24 parques, 124 plazas, 51 plazoletas, 24 paseos y otros 228 espacios verdes.

En comparación con otras ciudades del país, Rosario duplica o triplica la cantidad de espacios verdes por habitante. Por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires tiene 3,6 metros cuadrados, mientras que Córdoba apenas supera los 7. Rosario hoy apuesta a potenciar los espacios con los que ya cuenta, mejorándolos y expandiendo su uso”, expusieron.

El último censo del arbolado público (2015) arrojó los siguientes datos

 •        La ciudad está forestada  en el 79% de los lugares disponibles.

•         En la ciudad, hay más de 420.00 árboles. Con 219.946 ejemplares de alineación, habiendo aumentado en más de un 18 % la cantidad de árboles respecto al censo 2004-2005.

Cantidades: Fresno (76207), Plátano (11519), Crespón (10063), Liquidambar (7671),  Lapacho (3431), Jacarandá (6720), Tipa (1129). A estas hay que agregarles otras especies también presentes como el ficus, el álamo, el paraíso y el tilo. En tanto, en los últimos años también se incrementó la cantidad de especies nativas presentes en la ciudad. Esto se debe al trabajo en el vivero de nativas que se encuentra en el Bosque de los Constituyentes, que tiene en crecimiento aproximadamente 5000 árboles, que luego van plantando y reforestándose en la ciudad.

Pulmones verdes

 

En las zonas donde hay árboles plantados disminuye la temperatura entre 1 y 3,5º. También ayudan a evitar inundaciones y erosiones del suelo al frenar la caída del agua con su copa.

Además, cada árbol aporta hasta 1000 m3 de oxígeno diarios a la atmósfera. La presencia de los árboles actúa como descontaminante visual de la ciudad y ayudan a purificar el aire.

Hay que destacar que los árboles reducen la contaminación sonora de 8 a 10 decibeles por cada metro de espesor de la copa del árbol.

Cada 15 días, un árbol  fija 2 de cada 100 gramos del polvo atmosférico y capta 6 kilos de dióxido de carbono por año, que contribuyen a disminuir el efecto invernadero.