El presidente Alberto Fernández no descarta instruir a las fuerzas de seguridad para que se disipen las aglomeraciones de personas como prevención ante el incremento de casos de coronavirus, fundamentalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), tras la reunión que mantuvo con el gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Descartó la implementación de un “toque de queda”.
“No vamos a implementar un toque de queda pero sí un toque sanitario que fue algo que funcionó en muchas ciudades del interior”, señaló Fernández en declaraciones a Radio 10 este jueves.
Explicó que quería escuchar a Kicillof y a Larreta para ver qué mirada tenían sobre el aumento de la curva de casos y se mostró alarmado porque "diciembre fue un mes de mucho relajamiento, que llevó a reuniones sociales, marchas en Buenos Aires de distintos tipos, todas cosas que pudieron favorecer que el virus circule". El objetivo es frenar una segunda ola que comience en Buenos Aires y termine por golpear también a las provincias.
Sobre la polémica desatada por el uso de la vacuna rusa Sputnik, dijo: "No quería que la Argentina estuviera en el submundo que ve cómo el mundo del norte se vacuna. Eso es un poco lo que pasa en el sur del mundo”.
“Hablé con todos los laboratorios y debo reconocer que la Federación Rusa tuvo un trato excepcional con nosotros. Logramos ingresar 300 mil vacunas, no 10 mil, y lo único que escucho es que se pone en duda la calidad técnica de una vacuna de un instituto con varios Premios Nobel. No entiendo por qué tan duros y severos con la vacuna", agregó.
Sobre 2021, anticipó: "Mi plan es que en otoño los 13 millones de argentinos en riesgo estén vacunados. Si logramos ese objetivo tenemos que llegar a marzo un poco más aliviados, que sería el momento real de la segunda ola".