La ciudad de Rio de Janeiro decretó este jueves nuevas medidas de aislamiento social con restricción de funcionamiento de bares y restaurantes y toque de queda nocturno para intentar evitar el colapso del sistema hospitalario, a raíz de la virulenta segunda ola de coronavirus. Además, en diversas localidades del país hubo cacerolazos contra el presidente Jair Bolsonaro.
El intendente de Río, Eduardo Paes, firmó el decreto y explicó que las medidas buscan "evitar que se repita en 2021 el genocidio de 2020 en la ciudad", en una crítica a su antecesor, el pastor evangelista Marcelo Crivella, quien era un aliado del presidente.
El toque de queda y la cuarentena estricta en la ciudad será a partir de este viernes y durará hasta el 11 de marzo. Se suma así a la mayoría de los estados que reimpusieron una nueva fase de restricciones frente a la segunda ola de contagios que pone en jaque la capacidad de los hospitales públicos y privados.
Los bares y restaurantes funcionarán de 6 a 17 y el toque de queda será de 23 a 5, con prohibiciones para que se realicen cualquier actividad en las playas, eventos y hasta ferias de artesanías. Se impuso una multa de 100 dólares para quien viole la ley en el sector comercial.
El barrio de Copacabana es el lugar con más riegos de transmisión, según estudios epidemiológicos, a raíz de la alta circulación de personas y por tratarse de una zona que es llamada la "Florida de Brasil".
El estado de Río de Janeiro superó el 75 por ciento de la capacidad hospitalaria y en la ciudad 16 hospitales ya estaban colmados de víctimas de coronavirus: "Hacemos esto para evitar un bloqueo total de actividades", explicó el intendente.
Cacerolazos contra Bolsonaro
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue blanco de cacerolazos en las principales ciudades luego de que se batiera el récord de 1.910 muertos diarios por coronavirus, que llevó el total a casi 260.000.
Tras ello, el Gobierno se comprometió a comprar 138 millones de vacunas de Pfizer y Janssen, mientras gran parte del país está en cuarentena severa por el colapso del sistema hospitalario.
Cacerolazos, bocinazos y ruidazos convocados por las redes sociales tuvieron lugar en Brasilia, San Pablo, Río de Janeiro, Salvador, Pernambuco, Porto Alegre y Fortaleza, de acuerdo con medios locales, que exhibieron imágenes de las protestas.
Bolsonaro sostuvo este miércoles ante seguidores que "jamás" autorizará un lockdown (cierre) "porque ya ha fracasado en muchos lugares, incluso en Estados Unidos".
La situación del país coincide también con la divulgación de la caída del 4,1 por ciento de su PBI, el mayor de la historia y el retroceso en el ranking de la calificadora Austing Ratings, que informó que Brasil salió de las 10 primeras economías del mundo para ocupar el duodécimo lugar.