El último adiós a Miguel Lifschitz trasncurrió con frío y bajo un cielo cargado de gris. El tiempo acompañó el ritmo pausado de los corazones de quienes se acercaron este lunes a la Biblioteca Argentina a compartir la misma tristeza por su muerte.
Las escenas fueron dolorosas, angustiantes y emotivas. Sin dudas, el momento de mayor conmoción fue el aplauso cerrado y largo que le dieron los presentes al féretro que se acercó al lugar camino al cementerio.
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