Fue un incidente menor. Pero muy molesto para la autoridades sanitarias de la ciudad. Un grupo de personas replicadoras del abordaje médico covid comandadas por el psicólogo Alejandro Litmanovich se presentó el lunes pasado en la puerta del Cemar para intentar que el secretario de Salud Leonardo Caruana ”proceda a informar y responder” más de 20 preguntas que apuntan a determinar los alcances de la existencia del covid en la ciudad. Y no tuvieron éxito. Negacionistas, replicadores, médicos por la verdad, fanáticos antivacunas, etc, fueron los calificativos desde adentro de las oficinas de Salud municipal que intentaban definir la incomodidad de concretar una reunión que “no iba a servir de mucho”. Acá sin barbijo no entran, dijo Caruana. Y suspendió el encuentro.
Los integrantes de la réplica anticovid creen que fue por el anuncio público previo. Se defiende el secretismo, las puertas cerradas a la difusión pública de algunas dudas. Se quedaron en el ingreso del Cemar con sus carteles y el desafío de mostrarse presuntamente sin respeto a las normas sanitarias (distanciamiento y barbijos) y exigen ahora un debate público: "¿Existe el covid? ¿Fue la causa de muerte de más de 3 mil rosarinos? ¿Sirve la vacuna?", son los debates que proponen en el documento. Etc etc etc.
La nota con las 23 preguntas fue enviada al concejo municipal hace varias semanas y desde allí se sugirió un “respetuoso encuentro” con los equipos municipales y los llamados antivacunas. “Se le solicita PROCEDA A INFORMAR por escrito y/o conforme art. 5º de la ley ut supra referida, los puntos que seguidamente se exponen, siendo que la entrega de información deberá ser suministrada en el plazo de quince (15) días hábiles a contar desde la recepción del presente pedido de informe”, dice el encabezado de un texto imperativo con preguntas y argumentos referidos al esquema científico que investiga el alcance del covid en el planeta.
El secretario de Salud ordenó la suspensión del encuentro dos horas antes del mismo. Desde el Municipio no querían líos en la ciudad donde los líos se apilan a diario. Una movilización de médicos por la verdad exigiendo respuesta en el medio de una guerra sanitaria era al menos postergable.
“Tuvimos una solicitud para responder preguntas, quisimos que una persona se incorpore al equipo que conduce la vacunación en la ciudad para charlar sobre el tema pero hubo presión para incorporar 10 personas, muchas de ellas sin barbijos, con una posición que cuestiona el abordaje a la enfermedad, que están en la vereda de enfrente de cómo el mundo ha realizado en la pandemia. No íbamos a permitir eso por respeto a nuestro equipo”, dijo el secretario de Salud.
El psicólogo Alejandro Litmanovich, coordinador de las expresiones y compilador de los datos anticovid, dijo ayer que su grupo “merece respuesta al pedido de informe”. “Nos citaron para el lunes a las 10.30, íbamos a ingresar con todos los protocolos. Proponemos un debate científico, queremos aportar y colaborar. Hay cosas que deberíamos esclarecer sobre los efectos adversos de las inyecciones que se han aplicado de la llamada vacuna. ¿Se audita eso?, pero nos suspendieron la reunión. No quieren debatir en la ciudad donde la salud pública fue un ejemplo de gestión. No se puede creer que no haya un espacio para el debate. Nos duele que nos digan fanáticos. Nos dicen fundamentalistas y eso no es cierto. Solo queremos un espacio para el debate".
“Los dementes antivacunas, los locos anticovid”. Frases que hieren a quienes se hacen las preguntas. En realidad, ninguna duda debería ser incomoda u ofensiva si hay una respuesta con validación científica que pueda responderla y en este tiempo el mundo médico navega en varios grises. Y eso molesta y ofende a quienes no descansan desde el 20 de marzo del 2020, trabajando en las trincheras médicas y a quienes se niegan ideológicamente a usar barbijos, vacunarse o aceptar las recomendaciones médicas de los sanitaristas. “¿La cantidad de muerte por el presunto covid es real? Es una mentira total lo que dicen las autoridades”, dijo Litmanovich mientras suplicaba un espacio de encuentro con las autoridades y que se detenga el “bullying” social y médico contra los miembros de su comunidad.
La mirada del psicólogo insiste en preguntas con rasgos conspirativos: “¿Qué pasa que después de las elecciones no hay más internaciones en UTI por covid?”, pregunta Litmanovich desconfiando incluso del número real de los fallecidos en la ciudad y suponiendo la existencia de certificaciones de defunción fraudulentos que motivarán una próxima denuncia penal. Para Caruana la postura del grupo anticovid es ofensivo.
“El malestar que provoca esto, con el personal de nuestra área, es muy grande. Tenemos que llamar a la responsabilidad. La foto más importante no es el microclima de estas 7 personas que se niegan a vacunarse sino las mas de 700 mil que decidieron hacerlo y con eso han cambiado de rumbo de esta enfermedad. La discusión es con fundamentalistas, el negacionismo los lleva a descartar todo lo que están haciendo desde el inicio. Y eso resulta ofensivo”, reconoció el secretario de Salud.
Mientras el público vuelve a teatros, estadios de futbol y a rasguñar aunque sea por el momento un poco de esa vida que teníamos antes del 20 de marzo del 2020, hay preguntas con un tono que resultan incómodas y hasta ofensivas. Y eso debería evitarse. Salvo que aun las respuestas no logren conformar a la totalidad del mundo científico.