Miles de manifestantes, en su mayoría indígenas, marcharon a Quito, capital de Ecuador, para manifestarse en rechazo al aumento del precio del combustible, el transporte y el costo de vida, decretados por el presidente Lenín Moreno, en el marco de un paquete de medidas de ajuste acordadas con el Fondo Monetario Internacional.
El país vive una huelga indefinida convocada por organizaciones indígenas, sociales y sindicatos.
El gobierno, que se trasladó a Guayaquil, a más de 500 kilómetros de Quito, se dice abierto al diálogo. "Ya hemos tenido los acercamientos respectivos; hemos conversado con algunos de sus dirigentes", dijo a la prensa Lenín Moreno por la noche, cuando saludó a soldados que protegen un puente en Guayaquil.
Sin embargo, Andrés Michelena, ministro de Telecomunicaciones, dejó en claro que la intención del gobierno no es dar marcha atrás con las medidas decretadas para aliviar el alto endeudamiento y la falta de liquidez.
"He sido enfático en mantener todas las medidas económicas que han sido acordadas, que lo que hacen es salvaguardar la estabilidad y la dolarización del país", sostuvo.
Los indígenas tienen previsto dirigirse hacia el palacio presidencial que, si bien está deshabitado, continúa representando un símbolo de poder defendido por cientos de policías.
El martes se instauró un toque de queda en zonas estratégicas de Quito que, sin embargo, no logró desanimar a los manifestantes.