"Soy la Constitución", exclamó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cercado por una mayoría de los gobernadores y varios jueces y congresistas de su país que se unieron para repudiar el acto "antidemocrático" que encabezó ayer el mandatario ante el Cuartel General del Ejército para pedir la intervención del Congreso y la Justicia.
Las tensiones entre Bolsonaro y las autoridades de los otros poderes y líderes de otras fuerzas otrora aliadas no son nuevas, pero la crisis sanitaria desatada por la pandemia de coronavirus las exacerbó hasta el punto de una confrontación institucional explícita que llegó a acercar a este sector con el ex presidente y referente de la izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva.
Brasil ya suma 2845 muertos y 40.581 casos confirmados de coronavirus, según las cifras anunciadas hoy por el Ministerio de Salud.
Sin embargo, Bolsonaro continúa acusando a sus detractores de sobrestimar la pandemia, a la que llamó "gripecita", y pide terminar con el aislamiento social y reabrir la economía.
El último episodio de este cada vez más virulento enfrentamiento por la gestión de la pandemia fue el acto que encabezó ayer Bolsonaro frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia para pedir la intervención militar de los dos poderes, el Legislativo y el Judicial.
"Estoy aquí porque creo en ustedes. Ustedes están aquí porque creen en Brasil", manifestó el mandatario sobre una camioneta, en un repetitivo discurso en el que volvió a insistir sobre la lucha contra "la vieja política" y en el espíritu "patriótico" de los brasileños.
El simbolismo del acto marcó un nuevo hito en la escalada política y sumó más dirigentes al frente que activamente se opone a la gestión de salud del mandatario.
"Manifestamos nuestro apoyo al presidente del Senado, Davi Alcolumbre, y de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, frente a las declaraciones del presidente de la República, que atacan los principios democráticos", aseguró la "Carta Abierta a la Sociedad brasileña en Defensa de la Democracia", firmada hoy por 20 de los 27 gobernadores y citada por la agencia de noticias EFE.
"Es lamentable que el presidente de la República apoye un acto antidemocrático que afronta la democracia", afirmó más tarde, ante la prensa, Joao Doria, gobernador del estado de San Pablo, el más importante del país.
"Repudio también los ataques al Congreso Nacional y al Supremo Tribunal Federal. Brasil precisa vencer la pandemia y debe preservar su democracia", afirmó Doria, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña.
La Asociación de Jueces Federales de Brasil también Advirtió que no tolerará "ningún revés institucional o la violación del orden democrático".
Incluso, un miembro del Supremo Tribunal Federal (STF), el juez Roberto Barroso se pronunció: "Es atemorizante ver manifestaciones a favor de la vuelta del régimen militar. Las dictaduras vienen con violencia, censura e intolerancia, las personas de bien que aman a Brasil no desean eso", dijo según reprodujo la agencia de noticias ANSA.
El procurador general de Brasil, Augusto Aras, le pidió hoy al STF analice si el mandatario violó la Ley de Seguridad Nacional al encabezar una manifestación que pedía una intervención militar sobre dos poderes del Estado.
"El Estado brasileño admite una única ideología que es la del régimen de la democracia participativa. Cualquier atentado a la democracia afronta a la Constitución y a la Ley de Seguridad Nacional", aseguró Aras en el escrito enviado a la máxima corte del país.
Desde la Cámara de Diputados, su titular, Rodrigo Maia, también repudió al mandatario.
"El mundo entero está unido contra el coronavirus y en Brasil tenemos que luchar contra corona y contra el virus del autoritarismo" lamentó en la misma línea que varios oficiales militares que hablaron bajo condición de anonimato con medios locales.
La unidad de voces, sin embargo, no hizo retroceder a Bolsonaro, quien hoy redobló su ofensiva al identificarse personalmente con la Constitución Nacional.
"La gente normalmente conspira para llegar al poder. Yo ya estoy en el poder. Ya soy presidente de la República. En realidad, soy la Constitución", aseguró en un breve intercambio con periodistas antes de ingresar al Palacio de Alvorada, la residencia presidencial.
Con este razonamiento, Bolsonaro descartó estar impulsando un golpe de Estado y sostuvo que no dijo "nada en contra de otro poder".
El mandatario afirmó que "la democracia y la libertad están por encima de todo" y aclaró que su discurso de ayer frente al cuartel general solo buscaban destacar el papel de las Fuerzas Armadas, "nada más".
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