La pandemia dejó, entre otras cosas, un aumento de consumo de sustancias y adicciones que lejos de disminuir, se incrementó por el contexto actual económico y social de Argentina: para los jóvenes es casi un privilegio pensar en el futuro, los espacios de escucha y diálogo escasean y la droga abunda en una ciudad tomada por el narcocrimen. Por ese motivo, este lunes se llevó adelante una jornada pública en el Concejo de Rosario bajo el nombre “Hablar de adicciones es urgente”. 

Pasadas las 17.30, el micrófono de Caren Tepp se prendió. La presidenta de la Comisión de Salud y Acción Social del Concejo dio la bienvenida a los presentes y explicó los motivos que llevaron al encuentro. “En estos primeros cuatro meses del año nos han hecho llegar una cantidad creciente de casos que se reportan a los diferentes dispositivos estatales como comunitarios y las preocupaciones por las restricciones presupuestarias, las limitaciones para sostener esa demanda. La situación particular de los trabajadores de estos dispositivos nos impulsó a dejar de recibir caso por caso y convocarlos”, les dijo a los asistentes en el recinto. 

Fueron veintitrés personas las que pidieron la palabra para expresar que Rosario necesita tomar medidas inmediatas sobre el consumo de sustancias. Profesionales de la salud hicieron hincapié en tratar la atención de manera integral. Psicólogos y acompañantes terapéuticos mencionaron que la crisis económica del país y la falta de oportunidades para los jóvenes los empuja al consumo. Referentes de iglesias aseguraron estar cansados de que el Estado los deje solos con cada nueva gestión. Encargados de las distintas organizaciones sociales denunciaron un profundo vaciamiento de los establecimientos, precarización laboral y burocracia para habilitaciones. Todos reclamaron dispositivos para las urgencias y celebraron que por primera vez, los tengan en cuenta para trabajar juntos. 

Cuatro puntos que exponen el panorama completo

Durante dos horas, se escuchó en distintas voces el cansancio, la angustia y el esfuerzo desmedido que ponen los equipos de trabajo para salvar vidas. “Si el pibe decidió atenderse hoy, tiene que ser hoy”, dijo Betina, de Madres Territoriales, y todos los conocedores del tema asintieron con la cabeza. 

Según explicaron, los espacios de contención están desbordados y cuentan con lista de espera. En algunos, acompañan hasta 40 casos por mes. Es entonces cuando comienza la red de llamados telefónicos entre las organizaciones para ver qué hacer, dónde internar momentáneamente a ese joven que requiere atención inmediata. 

Fueron 23 personas las que pidieron la palabra para expresar la situación crítica de los dispositivos que trabajan el consumo problemático de sustancias.

“Hay faltantes de plazas en abordajes, por ejemplo una internación breve no tiene lugar o demora meses cuando se trata de una urgencia”, señaló Gabriela Rojas, psicóloga de la Casa de Asistencia Bache de Tablada. E indicó que muchas personas en crisis terminan vagando por las calles de la ciudad. 

En ese sentido, Antonio, referente del dispositivo Acompañante Terapéutico Programa Andrés, agregó que en Rosario “no se discuten las internaciones” y planteó la idea de “transformar las guardias generales para cuando tenemos casos que requieren ser atendidos inmediatamente”. 

Frente a la ausencia de cupos, los presentes agregaron otra denuncia que los tiene preocupados: la demora en los trámites de habilitación. Algunos llevan meses alquilando un espacio físico sin usarlo porque la Municipalidad se toma su tiempo para dar el visto bueno. Los privados no pueden mantener la espera a largo plazo por cuestiones económicas y algunos terminan desistiendo. 

Los profesionales reclamaron presencia del Estado en las intervenciones.

Respecto al espacio físico, también afecta a los dispositivos del Estado. Con cada nueva gestión, cambian de lugar las salas, casas o centros y el trabajo de confianza que a los profesionales les llevó meses concretar con la persona que requiere atención, se disuelve con una mudanza inesperada. 

Además, frente al panorama desalentador por el aumento de consumo, en cada intervención se pronunció la palabra vaciamiento para hacer mención al recorte desmedido en los presupuestos, la precarización laboral del sector que obligó a muchos trabajadores a abandonar su puesto o continuar bajo amenaza de posible cierre del dispositivo. Incluso mencionaron reducción de tratamientos para ofrecer a los pacientes.  

En algunas instituciones se atienden 40 casos por mes.

Ese vaciamiento preocupa a quienes a diario ponen el cuerpo en los barrios de la ciudad para rescatar a jóvenes o adultos heridos por la desigualdad, el abandono y la estigmatización. La crisis económica fue el eje central del encuentro. Todos los presentes acordaron que para erradicar el consumo se necesitan políticas públicas, trabajar en equipo y otras tres cosas fundamentales: no pasar hambre, tener un techo donde dormir y contar con al menos un dispositivo activo dónde atenderse. 

Construir en comunidad

Al finalizar la exposición, Tepp recuperó la palabra y mencionó algunas propuestas para un segundo encuentro. 

La referente de Ciudad Futura mencionó, “primero construir una memoria de la sesión para extraer las principales líneas de trabajo”. Luego planteó pasarles a las instituciones y organizaciones los proyectos que la comisión de Salud ya tiene para que sean asesorados o modificados por los distintos referentes y ofreció que la Comisión de Salud y el Concejo de Rosario actúen como una “plataforma de articulación de acción en conjunto, fuerza en común” para crear un relevamiento de dispositivos que sea público. 

También habló de “discutir presupuesto” para derribar la idea de que estos acompañamientos son imposibles de sostener o abordar por el Estado. Y apuntó a seguir encontrándose para afianzar la hoja de ruta y proyectar por ejemplo algo tan básico y factible como “campañas de prevención masivas de visibilización que hace años no se realizan".