Poco antes de las cinco de la tarde de este miércoles templado en Rosario, la peatonal San Martín cambió su fisonomía habitual de locales y galerías frente a la plaza Montenegro y el Centro Cultural Fontanarrosa. Esta vez, docentes arribaban con redoblantes, estudiantes con carteles ingeniosos o con el equipo de mate y muchos jubilados con banderas argentinas. Un puestito vendía pañuelos azules con la leyenda “La universidad pública no se vende”. Se replicaba el mensaje de pertenencia del estudiantado hacia la Universidad Nacional de Rosario que resumía: “UNR te quiero”.
Quince minutos después de las cinco, en el momento en que muchos miraban hacia el cielo buscando sin éxito el eclipse solar, la marcha en defensa de la Ley de Financiamiento Educativo comenzó a avanzar y el entusiasmo en las primeras filas se sintió en forma de aplausos.
Interminables columnas fueron comandadas por los referentes estudiantiles, que llevaban un cartel blanco que en letras negras reclamaba “por la universidad pública y la ciencia nacional”. Poco más atrás, alzada por dos manifestantes, avanzaba la bandera purpúrea (distintiva del logo de la UNR) que reza “Universidad pública siempre”.
Los referentes que llevaban la bandera anunciaban con sus remeras que pertenecían a las organizaciones Apur, Santiago Pampillón, Franja Morada, Coad, Alde, Amsafé Rosario, Frente de Izquierda y Federación Universitaria de Rosario. En el medio de los estudiantes, con las insignias, se acomodó el rector Franco Bartolacci, vestido de traje.
“En Córdoba estallaron las calles al mediodía, y lo mismo está pasando en Buenos Aires y en Rosario. La sociedad argentina está diciendo que a la ciencia y la academia, no se las recorte. Eso es movilizante”, fueron las palabras del rector.
Recordó en diálogo con Rosario3 que “los salarios componen el 95 por ciento del presupuesto universitario. Y en muchos de los casos, se encuentran congelados desde noviembre del año pasado, por lo cual el 70 por ciento del personal de la educación universitaria se encuentra debajo de la línea de pobreza".
Y luego advirtió: "Claro que hay que distribuir prioridades en un país cuando hay escasez, pero en un hogar nadie se plantea dejar de enviar a sus hijos a la escuela dada la importancia de la educación”.
Entre muchas columnas, las de los estudiantes eran las que contagiaban el entusiasmo a los saltos, con canciones creativas que los jóvenes entonaban con emoción. Son ellos los que piden la continuidad de sus carreras. Nacho es un joven de 22 años que trabaja, es estudiante avanzado de Derecho, donde además oficia el rol de secretario general del centro de estudiantes y también milita en la Federación Universitaria de Rosario.
“Me conmueve formarme escuchando todas las voces y nos preguntamos por el actuar de cada legislador. Desde la FUR buscamos no solo formarnos, sino además informarnos como estudiantes sobre lo que está pasando. Fuimos a cada una de las unidades académicas de Rosario para contarles de la importancia de sumarse a marchar y mostrarle al presidente, al igual que en abril pasado, que es importante que no vete la Ley de Financiamiento Universitario”, expresó.
El referente de los docentes nucleados en Coad, Federico Gayoso, destacó que “a diferencia de la primera marcha universitaria, hoy están todos los docentes y estudiantes en Rosario -la vez pasada muchos marcharon hacia el Congreso-. Esta Ley la hemos conquistado en el primer cuatrimestre con lucha, aprobada por amplia mayoría en ambas cámaras. Y esta movilización es para decirles a los congresales que los estamos vigilando, que ojo si blindan el veto, el pueblo no se lo va a perdonar. Es una ley que nos garantizaría llegar a fin de mes, que se recuperen becas e investigaciones. Hoy el 70 por ciento cobramos el salario por debajo de la pobreza".
Pero no solo eran estudiantes o docentes los caminantes de esta marcha rosarina. Una pareja mayor levantaba con gesto preocupado su cartel: “Venimos por nuestros hijos y nietos”. Hablaban de futuro, y decenas de jóvenes les pedían posar para tomar su imagen con el celular.
Entre las columnas avanzaba un vecino que flameó como si no tuviera peso alguno una bandera argentina de grandes dimensiones, que llevaba en su centro el dibujo a mano alzada del pañuelo de Madres de Plaza de Mayo. Más adelante, un grupo de seis personas llevaba una Whipala (insignia de los pueblos originarios), mientras otros hacían sonar sus quenas en una melodía dedicada a la Pachamama.
Gayoso destacó “la forma en que adhirió el colectivo de trabajadores que no son de la educación". Y señaló: "En una reunión que hicimos, eran alrededor de 40 las organizaciones gremiales, sociales y de derechos humanos, desde los pescadores, la UOM, CTA, todos dispuestos a venir a bancar la universidad pública”.
En toda clase de formatos se replicó la imagen de la estampilla fileteada color azul que se volvió bandera el pasado 23 de abril, cuando las comunidades universitarias marcharon por vez primera.
Referentes sociales, jueces, concejales, funcionarios municipales y provinciales. Fueron muchos los sectores sociales que adhirieron al reclamo de “presupuesto para la educación”, “no al veto de la Ley de financiamiento universitario” y “restitución del Fonid”.
La gran diferencia con la primera marcha fue la descentralización decidida por el Consejo Interuniversitario Nacional, que dio visibilidad al reclamo desde cada ciudad universitaria. En ese marco, Rosario se distinguió por sus largas columnas que marcharon durante horas hacia el Monumento.
“Hoy vivimos un proceso de desfinanciamiento pronunciado, que pone en serio riesgo la continuidad de actividades del ámbito universitario: si no se modifica el presupuesto 2025, el año que viene las dificultades serán mayores”, advirtió Bartolacci. Y de cara al veto del presidente, adelantó: “Muchos diputados ya han mostrado su compromiso de sostener la adhesión a la ley, otros ya sabemos que no en su apoyo al gobierno nacional, y terceros que están con dudas. Con ellos nos sentaremos a conversar en estos días”.
También marcharon los adultos mayores que estudian en la Universidad Abierta de la UNR con banderas, así como los miembros de Nietos, Hijos y Madres de Plaza de Mayo.
Los no docentes de la UNR, nucleados en Apur, se movilizaron con banderas de diversos tamaños y pecheras, evidenciando un alto nivel de adhesión del sector. Entre ellos, Sergio es un referente de los trabajadores de la universidad y destacó: “Esperemos que tanto diputados como senadores tomen conciencia de no acompañar el veto. Acá marchamos no solo miembros de la comunidad universitaria, sino de todos los sectores de la sociedad”.
Un zeppelin de los docentes universitarios y varios drones sobrevolaban las columnas que se taponaban a poco de arribar al acto de cierre de la marcha en el parque a la Bandera, donde sonó El Témpano y luego el Himno a la Bandera.
En un escenario apostado delante de la proa del Monumento, finalizó una marcha que se cuela en la historia de los reclamos democráticos del último tiempo.
La desconcentración se dio de a poco, con la sensación general de satisfacción por haber llevado a la acción un pedido desde la ciudad al Gobierno Nacional para que no se vete la ley aprobada y para que la educación universitaria pueda salvarse de la motosierra.