El gobierno francés superó hoy dos votaciones en la Asamblea Nacional destinadas a bloquear una polémica reforma para elevar la edad jubilatoria de 62 a 64 años, que ahora queda automáticamente adoptada tras su aprobación por decreto por el presidente Emmanuel Macron.
Las votaciones constituyen un triunfo para Macron pero quizás a un costo muy alto para un presidente acusado de autoritario por sus críticos y al que aún le falta la mayor parte de su segundo mandato, y que aspira a otras reformas pese a no tener control del Parlamento.
La reforma jubilatoria es rechazada por la mayor parte de la opinión pública francesa y ha suscitado masivas protestas y al menos nueve huelgas generales en Francia desde mediados de enero.
Macron la aprobó por decreto la semana pasada tras su media sanción en el Senado ante el temor a su rechazo en la Asamblea Nacional, donde la votación se evitó gracias a que la primera ministra Élisabeth Borne invocó un artículo constitucional que da al presidente tal potestad.
En señal de rechazo y en medio de acusaciones de autoritario a Macron, partidos opositores presentaron a votación hoy en la Asamblea Nacional dos mociones distintas para destituir al Gobierno de Borne, lo que, al mismo tiempo, habría bloqueado la reforma jubilatoria.
La moción primera de censura del Gobierno en ser votada, presentada por el grupo independiente LIOT con el apoyo de la izquierda, recibió 278 votos de los 287 necesarios, en una votación más ajustada que lo esperado.
Una segunda votación, presentada por el partido de extrema derecha de la líder Marine Le Pen, recabó solo 94 votos, informó la agencia de noticias AFP.
"Sólo faltaron nueve votos para derribar este gobierno y su reforma, un gobierno que ya está muerto para los franceses y que ya no tiene ninguna legitimidad", dijo la diputada de izquierda radical Mathilde Panot tras la votación de la primera moción de censura.
La alianza de izquierdas Nupes, la extrema derecha y los diputados independientes de LIOT habían avanzado su intención de tumbar el gobierno y la reforma y, aunque la oposición de derecha Los Republicanos (LR) se oponía, una veintena de sus diputados votaron a favor.
Macron quiere retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una pensión completa, pese a que dos de cada tres franceses, según los sondeos, lo rechazan.
Borne defendió hoy ante los diputados una reforma que busca paliar, a su juicio, un futuro déficit en la caja de las pensiones, el esfuerzo para lograr un "compromiso" y el método utilizado para aprobarla: "El 49.3 no lo inventó un dictador", dijo.
Aunque todo apunta a que superará las dos mociones de censura, Borne, quien abogó por el diálogo para lograr una mayoría que no consiguió para la reforma, aparece debilitada, en un contexto de creciente tensión social.
La líder ultraderechista Marine Le Pen estimó que el resultado representa "una sanción clara" y consideró que la primera ministra "debe marcharse" o "el presidente debe cesarla".
La ultraderecha aparece reforzada en los sondeos con el conflicto social actual y una de sus diputadas, Laure Lavalette, urgió a Macron a disolver la Asamblea como amenazó en caso de revés a su reforma: "¡Atrévase señor Macron! (...) Volveremos más numerosos a la Asamblea".
La confirmación de la reforma no parece que calmará la tensión social.
"Reitero mi llamado al presidente: Retire esta ley, no la promulgue. Esto calmaría los ánimos", había advertido en el diario Libération el líder del sindicato CFDT, Laurent Berger, para quien Macron será "el responsable de lo que ocurra".
Con rutas bloqueadas, transportes perturbados, el aeropuerto de Tarbes-Lourdes del sur de Francia invadido, miles de toneladas de basura en las calles de París, falta de combustible en el sureste...los sindicatos han multiplicado las acciones de protesta.
El presidente, a quien no afecta la moción de censura, se juega además poder aplicar el programa de su segundo mandato hasta 2027.
El domingo, a través de su entorno, aseguró que quería ir hasta el final con su proyecto de pensiones, informó AFP.
Francia tiene una de las edades de jubilación más bajas de la UE y, en un contexto de mayor esperanza de vida el gobierno defiende que la reforma permitirá lograr el "equilibrio" en la caja de las pensiones para 2030.
Pero los observadores consideran que el gobierno logrará una victoria pírrica.
El uso del 49.3 "dificultará la adopción de futuras reformas", estimó la agencia de notación Moody's, favorable no obstante a este tipo de leyes.
La oposición de izquierda prepara también recursos ante el Consejo Constitucional para retrasar su aplicación y estudia iniciativas para promover un referéndum sobre la misma.