Salvador Saggal, mejor conocido como “Jorigto, el Potro”, el histórico, solidario y ocurrente almacenero de la esquina de Entre Ríos y Cochamba tuvo que cerrar la granjita, un ícono de barrio del Abasto, por la pandemia de coronavirus. Ahora volvió a abrir sus puertas a cargo de Cintia, su hija, que en realidad tiene otro trabajo pero quería devolverle la sonrisa a su papá. Y al barrio.
“(El almacén) cerró por la pandemia, mi papá es un adulto mayor (tiene 85 años), de riesgo y creímos que fue lo mejor pero eso le generó mucha tristeza”, contó Cintia en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2) que prometió volver a hacer la esquina de Entre Ríos y Cochabamba “la mejor de todas”.
Cintia se pondrá detrás del mostrador: “Abro para devolver la sonrisa al Potro para que siga siendo la esquina de siempre. Es un esfuerzo enorme, yo trabajo en otro lugar pero ésta es la satisfacción más grande de mi vida. La felicidad de mis viejos es mi felicidad”.
El almacén de Jorgito es toda una marca registrada en el barrio, no sólo por la cantidad de años que hace que está en la esquina, sino por los carteles de su dueño que además de ofertas llevan humor y reflexiones al barrio. Hasta recomendaciones de tránsito. Llegó a poner un mástil en una esquina para evitar choques y tuvo un pequeño contrapunto con la entonces intendenta Mónica Fein.
¿Volverán también los carteles?