Con la llegada del verano y la gran cantidad de gente que se moviliza hacia la zona de la costanera norte y la isla, sumado a la bajante del río, se extienden recomendaciones para evitar posibles heridas provocadas por algunas especies de peces que habitan en el lugar como la raya.
Su presencia se da principalmente en los bancos de arena o barro, incrementados por la bajante del río que en los últimos días de noviembre se ubica en 1,5 metros, menos de la mitad de lo normal. A diferencia de las palometas, el calor no es un factor que influya.
Estos animales que pertenecen al grupo de peces cartilaginos son "habitantes de fondo" del río, donde permanecen la mayor parte del tiempo. Tienen como principal característica una espina gruesa que al ser contactada por la planta de un pie de una persona reacciona con un movimiento de "latigazo" y provoca un dolor intenso al clavar la espina. Es posible que evolucione a una lesión necrótica con formación de úlcera en caso de no aplicar un tratamiento rápido.
Al respecto, en el balneario La Florida, en caso de picadura se aplica un protocolo de primera respuesta y se deriva al paciente al puesto sanitario del Sies que allí funciona y se lo traslada generalmente al Hospital Provincial al servicio de toxicología.
Si bien el número de consultas es reducido y los casos año tras año caen, la bajante del río representa un aliciente para la formación de bancos de arena, lugar de residencia de la raya. Los casos se dan más en la isla por ser zonas menos concurridas y en la costa rosarina el riesgo es muchísimo menor. De hecho solo hubo dos casos en el verano 2018/2019.
Lo que se recomienda es entrar al agua arrastrando los pies, como si se tuviese los viejos patines para pisos encerados puestos, cosa de patearla y no pisarla. La raya en sí no ataca a nadie ni se mueve en busca de una persona, como sí ocurre con la palometa si su víctima está quieta en el agua, sino que aplica un método de defensa al pisarla.
Los pescadores llegado diciembre indican que comienza la época de temporada de pesca de rayas, donde colocan "rayeros" alrededor de los bancos de arena contenidos por piedras y los dejan desde el atardecer hasta la mañana. Algunos casos sorprenden porque se ha logrado dar con rayas que pesan hasta 100 kilos.