La Argentina alcanzó estos días lo que se conoce como "default ambiental", es decir que en el país ya se consumieron todos los recursos naturales que nuestro territorio puede regenerar en el lapso de un año, y que todo lo que se consuma de aquí en adelante pasará a ser una deuda con la naturaleza.
Este indicador, desarrollado por la Global Footprint Network (GFN, Red Global de la Huella Ecológica, por sus siglas en inglés), busca generar conciencia y actúa como indicador global de la velocidad en la que estamos "consumiendo el planeta".
Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, habló con AMPM (Radio 2) sobre la importancia de prestarle atención a los datos de la huella ecológica, el indicador que mide el impacto de las actividades humanas sobre los recursos naturales disponibles. El 24 de junio, Argentina llegó a agotar dichos recursos.
"Básicamente, es lo mismo que el default económico", apuntó Jaramillo. "El planeta en general está gastando muchos más recursos renovables y no renovables que los que puede reponer en el año, y Argentina no es la excepción", apuntó.
Incluso advirtió que "Argentina los está gastando un poquito más rápido que la media del planeta, lo que ya está comprometiendo nuestra capacidad de recuperación económica". Con los niveles de consumo actual, explicó Jaramillo, si todos los países fueran como Argentina se necesitaría el equivalente a dos planetas para cubrir la demanda.
Aunque en el caso de otros países como Estados Unidos esa comparación es superior (se necesitarían cinco planetas), la información sobre los niveles de consumo en Argentina no deja de ser alarmante.
El estudio de GFN "analiza la biocapacidad del planeta", es decir, "la de producir recursos naturales renovables y no renovables". También tiene en cuenta "la huella ecológica de los humanos basada en los niveles de consumo, tanto de alimentos como de energía, y las emisiones de carbono".
Entre otros puntos, el director general de Fundación Vida Silvestre Argentina destacó que en lo que va de 2022:
- Se emitió más dióxido de carbono del que los sistemas naturales pueden absorber durante el año
- Se contaminó más agua de la que se puede descontaminar
- Lo mismo ocurrió con la degradación de los mares, fundamentalmente por el descarte pesquero
"Es como cuando llegamos a fin de mes y no podemos pagar el total de la tarjeta de crédito, solo que en este caso los intereses son la pérdida de biodiversidad, los incendios forestales, la desertificación de la Patagonia y la pérdida de producción en la Cuenca Central, que necesita cada vez más aportes externos para obtener los mismos rindes", señaló.
Comparando con la época en la que se comenzó a elaborar este índice (1970), Jaramillo comentó que por aquellos años la humanidad necesitaba alrededor de un planeta para vivir. Actualmente, se necesitan casi dos: 1,75.
Aunque en países de la región, como Chile, la situación es "bastante parecida" a la de Argentina, en otros como Colombia se prevé que se alcance esta marca de consumo más cerca de septiembre o incluso octubre. Jaramillo apuntó que eso "demuestra que diferentes sistemas productivos pueden generar mejoras en nuestra huella ecológica".
Falta de políticas públicas
En relación con los compromisos asumidos por diferentes Gobiernos y su nivel de cumplimiento, criticó que "lo que hay es tan pequeño y falto de representación que no significa un cambio en lo más mínimo", mientras que "lo que se ha puesto en marcha tampoco se ha implementado de manera eficiente y apropiada para lo que es más prioritario".
"Si no hay un cambio significativo en las orientaciones de las fuentes de financiamiento, y una responsabilidad mayor en la implementación del dinero que se entrega para el financiamiento climático, estamos complicados", sostuvo.
En ese sentido, criticó a los "organismos de financiamiento internacional" por la entrega de créditos dirigidos a países en vías de desarrollo para la exploración de fuentes de combustibles fósiles.
"En nuestro país estamos pagando subsidios a la exploración de combustibles fósiles, algo que es increíble dada la enorme matriz de energías renovables que tenemos para ofrecer", consideró.
A su vez, se refirió a la producción de commodities y a la "transformación de ambientes naturales" para tal fin. "La deforestación en el país no frena y está siempre en el orden de las 150 mil hectáreas por año, y eso alimenta un sistema productivo que luego va abandonando esas áreas de cultivo porque no tiene la capacidad productiva necesaria" para trabajarlas, explicó.
En síntesis, señaló que lo que se necesita es "un cambio en los patrones culturales" y que por eso "es importante el aporte de los ciudadanos", que pueden colaborar "evitando productos que tengan plástico", apostar por la separación domiciliaria de residuos y la producción de compost casero.