La empresa OceanGate Expeditions comenzará a ofrecer traslados en un pequeño submarino como parte de un viaje de ocho días a conocer al Titanic, hundido en 1912, a un precio de 125.000 dólares.

La compañia ya recibió casi 40 reservas para las seis primeras expediciones, que se realizarán hasta julio, y partirán de St. John, en Terranova, Canadá, hasta el lugar de la tragedia.

Entre las personas que visitarán el Titanic, casi la mitad también están en la lista de futuros turistas espaciales de Virgin Galactic, un boleto de 250.000. dólares. Dos de ellos escalaron el Everest y varios otros estuvieron en la Antártida. Sus edades oscilan entre los 24 y los 70 años y sus países de origen son pocos: los Estados Unidos (la mayoría), Australia, el Reino Unido y China.

Las expediciones aprovecharán las temperaturas cálidas en el hemisferio norte y se ofrecerán de mayo a septiembre en la cápsula submarina Titan de la empresa con sede en Everett, estado de Washington, Estados Unidos.

¿Cómo será el viaje?

 

Cuando comiencen, llevarán seres humanos al histórico por primera vez en 15 años. Caben cinco personas por inmersión, de las cuales dos serán tripulación: las otras tres disfrutarán de unas seis u ocho horas de aventura bajo el agua antes de volver a la nave central que las devolverá al puerto.

Stockton Rush, presidente de OceanGate, dijo a Bloomberg que no quiere convertir el Titanic, cuyos restos cuentan con la protección de la Unesco, en una atracción turística. De ahí que los pasajeros sean considerados “especialistas de la misión” o “ciudadanos científicos”, y se espera que colaboren con una investigación técnica del naufragio.

“Existen restos mejores", dijo Rush a Bloomberg; “quizá hasta más importantes, pero la gente no los conoce y es difícil venderle algo a alguien que lo ignora”. Para que fuera rentable, explicó, necesitaba cobrar al menos USD 100.000 por boleto.

“Si fuera a ser otra actividad deficitaria de alguien rico, no veo cómo podría crecer”, explicó el ingeniero aeroespacial graduado en Princeton, también master en negocios de UC Berkeley. “No llevamos pasajeros, no hacemos viajes, no ofrecemos paseos. Hacemos una expedición”.

Cada misión hará tres inmersiones, en las cuales los pasajeros (los “especialistas de la misión”) contarán con la guía de un investigador científico, mientras el piloto trabaja en la operación de Titan.

Se turnarán para observar por la única ventana de visualización y cuando no les toque podrán disfrutar de vistas tomadas por las cámaras y colaborar con el manejo del sonar o el escáner laser. Por último, si lo desean podrán manejar el submarino por un rato: opera con un dispositivo adaptado de los controles de la PlayStation.

Dentro del Titan la presión se mantiene constante y el aire se recicla como en las naves espaciales. Habrá un pequeño baño disponible y se escuchará música en los 90 minutos de descenso, informa Infobae.

Entre las cosas interesantes que se dispone a explorar se cuentan la descomposición del pecio, y documentarla. Uno de los objetivos de las expediciones es la creación de un modelo tridimensional del naufragio y del campo en el que se esparcieron los escombros, mediante tecnología de sonar multihaz, escaneo láser y fotometría.

El equipo científico también espera examinar 300 especies únicas de criaturas marinas (en su mayoría, microbios) que se indentificaron en el Titanic.