La idea del gobierno de Maximiliano Pullaro de reflotar el proyecto del Puerto de la Música y relocalizarlo en la zona del puente Rosario Victoria tendrá en las próximas semanas una prueba clave: una delegación del estudio fundado por el fallecido arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que fue quien diseñó la obra en 2008 a pedido del entonces gobernador Hermes Binner, llegará entre la semana próxima y la que viene a Rosario para evaluar si es posible el cambio de lugar. El propio mandatario provincial confirmó este martes que se busca avanzar en ese sentido, pero también fue prudente: “Se está empezando a trabajar, se está estudiando”.
El Puerto de la Música fue pensado originalmente para ser construido en la zona de avenida Belgrano y Pellegrini. Pero la Nación finalmente nunca dio el permiso para utilizar esos terrenos portuarios y ahora tanto la provincia como la Municipalidad sostienen que no es posible construirlo allí por distintas razones: el deterioro de los muelles, el costo que implicaría repararlos que se calcula en 40 millones de dólares más la propia dinámica portuaria que cambió en los últimos años.
El gobernador Omar Perotti intentó en su momento reflotar el gran sueño de Hermes Binner, pero en la zona de la cabecera del puente Rosario-Victoria. Obtuvo el aval de los intendentes de Rosario, Pablo Javkin, y de Granadero Baigorria, Eduardo Maglia, en cuya jurisdicción quedaría emplazada la obra. Finalmente no avanzó.
A comienzos de este año Pullaro también encomendó a funcionarios de su confianza que estudiaran la posibilidad de desempolvar el proyecto en ese lugar y volvió a contar con el aval de los intendentes de ambas ciudades involucradas.
Quien desde entonces encabeza los estudios y las gestiones a pedido del gobernador es el secretario de Vinculación Institucional de la provincia, Julián Galdeano, quien días atrás viajó a Brasil para plantearle la situación a la Fundación y el estudio Niemeyer. En Rio de Janeiro, Galdeano se reunió con Jair Valera, que fue quien asistió al célebre creador de la ciudad de Brasilia en el diseño del Puerto de la Música, Ricardo Niemeyer y Jose Niemeyer. Les llevó los renders que muestran cómo quedaría la obra y los profesionales se comprometieron a viajar a Rosario para analizar in situ si el proyecto es adaptable a la nueva localización.
“Lo que estamos haciendo es explorar la opción de relocalizacion. Ese es el primer paso”, le explicó Galdeano a Rosario3.
Y adelantó que como se trata de un proyecto que ya tiene 16 años se analizan modificaciones. “Si eso fuera factible, habría que evaluar como punto siguiente las necesidades o requerimientos del mercado actual, muy diferente al de aquellos años, principalmente por la cantidad de plazas o butacas. Lo ideal sería poder llevarlo a 3.500 butacas de mínimo y que la explanada permita shows más masivos con entrada y no solo gratuitos”, ejemplificó.
Otras fuentes consultadas por este medio advirtieron que la adaptación del proyecto a los nuevos tiempos es fundamental. “Rosario no necesita un nuevo teatro El Círculo sino un espacio que contemple las nuevas tecnologías y formatos de los espectáculos públicos”, señalaron.
Galdeano, en tanto, buscó dejar en claro que el proyecto se enmarca en un plan mayor para la “reconversión y urbanización del Parque Cabecera y el Remanso Valerio. Si es con Puerto de la Música mejor”, agregó.
Desde que la planteó Perotti, la posibilidad de relocalización del Puerto de la Música fue cuestionada por sectores de la Arquitectura. Entre ellos por Silvana Codina, la última esposa de Hermes Binner y madre de su hijo menor, quien participó en las reuniones entre Niemeyer y el ex gobernador santafesino.
“Niemeyer eligió para el Puerto de la Música ese lugar ubicado en la zona portuaria central de la ciudad. Le llevamos varias opciones en su momento y fue debatido el lugar donde se localizaba. El proyecto lleva en su génesis la consolidación de la barranca del río Paraná. Decir que el lugar no sirve porque no sirve el terreno es no conocer. Además sacarlo de su emplazamiento rompe la conexión con el Monumento a través del paseo Lucio Fontana. Esta es una obra integral que se desintegra. Pienso que hay una gran ignorancia o una gran voracidad por otros motivos", dijo Codina. Su postura fue apoyada en su momento por el Colegio de Arquitectos.
La cuestión es que el nuevo lugar tiene que ver también con la forma en que se financiaría la obra, en la que el Estado, según dijo Pullaro, “no pondrá un peso”. El esquema sería parecido al que se usó en el exBatallón 121: el Puerto de la Música se localizaría en un área que se valorizaría de manera muy fuerte por la presencia del propio complejo, con lo cual se licitarían los terrenos de alrededor para la construcción de viviendas, oficinas y áreas comerciales y gastronómicas. Quien resulte ganador de esa licitación quedaría a cargo de la construcción de la obra de Niemeyer. Un plan de urbanización como el que se piensa, de alrededor de siete u ocho manzanas, necesita un área libre que no hay en otra zona costera que no sea la del puente.
La otra es que, justamente, hay un particular interés de generar un polo de reconstrucción y desarrollo en ese lugar, que algunos creen que puede tener un impacto mayor que el de Puerto Norte. Es más, quienes analizan el proyecto sueñan con que el histórico barrio Remanso Valerio, que es casi lindero a los terrenos, pueda integrarse a un circuito turístico reconvirtiéndose en una especie de “San Telmo de pescadores, con bodegones de río”, lo cual, entienden, mejoraría la perspectiva de sus habitantes.
En su momento, el Remanso Valerio había entrado al Registro Nacional de Barrios Populares, lo que llevó a pensar que la reconversión del barrio se podía financiar con recursos del Estado nacional.
Cambio de gestión mediante esa posibilidad entra en el terreno de la fantasía con la administración Milei.
“Tanto la obra del Remanso como el Puerto van encajados al aporte privado por los terrenos a urbanizar en el parque de la Cabecera”, explican ahora desde la gestión Pullaro.