El primer caso conocido de un humano infectado por una versión del virus de la hepatitis E transmitido por una rata se dio en el 2018. Expertos en enfermedades infecciosas de la Universidad de Hong Kong llevan adelante estudios desde entonces.
Un año y medio después, casualmente en el año de la rata según el calendario chino, ya son 11 los infectados por este virus y todavía no se conoce cómo fue que el paciente 0 contrajo hepatitis E de este animal, una variante genéticamente distinta del virus que anteriormente permanecía aislada en los roedores.
En ese momento, en 2018, un hombre de 56 años contrajo una cepa de hepatitis “altamente divergente” de otras cepas que afectan a humanos, según reportó el South China Morning Post.
Los investigadores compartieron que el hombre vivía en una complejo de apartamentos conocido por su "infestación de ratas en los cubos de basura".
De acuerdo a los expertos que estudian esta nueva variación de la hepatitis, la hepatitis E de rata podría estar infectando a personas en Nueva York o París, y simplemente no se sabe porque no se han realizado las pruebas diagnósticas aún.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis E es una enfermedad hepática debida a la infección por el virus de la hepatitis E (VHE). Se calcula que cada año hay unos 20 millones de casos por esta afección, de los cuales 3,3 presentan los síntomas de esta enfermedad.
Los signos y síntomas característicos que presenta esta enfermedad son una fase inicial con fiebre leve, disminución del apetito, náuseas, vómitos, que dura pocos días, aunque algunas personas pueden tener también dolor abdominal, picazón sin lesiones cutáneas, erupciones en la piel o dolores articulares. La ictericia o coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica de los ojos es típica de la hepatitis, acompañada por orina oscura, heces claras y un ligero aumento del tamaño del hígado, conocido como hepatomegalia, con dolor ante la palpación. Normalmente, la enfermedad se resuelve entre dos y seis semanas.
La OMS estima que, en 2015, la hepatitis E provocó aproximadamente 44.000 muertes, una cifra que representa el 3,3% de la mortalidad debida a las hepatitis víricas. El virus se transmite por la ruta fecal-oral, principalmente a través de agua contaminada y afecta a todas las zonas del mundo pero su prevalencia es mayor en Asia oriental y meridional. Se conocen cuatro cepas diferentes de este virus, que afectan a distintos animales. Hasta ahora, solo una de ellas estaba presente en humanos.
El doctor Siddharth Sridhar, microbiólogo y uno de los investigadores de la Universidad de Hong Kong que hizo el descubrimiento expresó a la CNN: “tenemos un virus que puede saltar de las ratas callejeras a los humanos, fue una infección tan inusual y sin precedentes que el equipo se preguntó si se trataba de un incidente único, un paciente que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado”.
El caso más reciente, el número 11, apareció hace una semana. Se trata de un hombre de 61 años con función hepática anormal dio positivo el 30 de abril. “Podría haber cientos más de personas no diagnosticadas infectadas”, advirtió Sridhar.
La cepa de hepatitis transmitida por ratas plantea un nuevo misterio: nadie sabe a ciencia cierta cómo se están infectando estas personas. Los investigadores no han podido identificar la ruta exacta desde que el virus aparece en los roedores hasta que contagian a los humanos.
El caso del paciente 11 desconcierta a los científicos, ya que determinaron que no había ratas ni excrementos de ratas en su hogar, nadie más en su hogar ha mostrado síntomas y no tiene antecedentes de viajes recientes, según publicó Infobae.
Según el Centro de Protección de la Salud (CHP) de Hong Kong, “no se pudo determinar la fuente y la ruta de la infección en base a la información epidemiológica disponible”. El hombre permanece internado mientras las autoridades continúan investigando el caso.
Yuen Kwok-yung, un microbiólogo involucrado en la investigación, dijo que el caso representa una “llamada de atención” para que las autoridades mejoren las condiciones de higiene en la ciudad.
Para Sridhar, “lo que conocemos es que las ratas en Hong Kong son portadoras del virus, evaluamos a los humanos y encontramos el virus. Pero cómo exactamente salta entre ellas, ya sea que las ratas contaminen nuestros alimentos o haya otro animal involucrado, no lo sabemos”. “Ese es el eslabón perdido”, reflexionó.