La escena se repite como un loop. Cada vez que en Rosario hace mucho calor, miles de usuarios se preparan para luchar contra los cortes de luz. Las explicaciones pueden resultar muy solventes y atendibles, pero cuando un anciano no puede salir de su departamenteo del décimo piso porque no anda el ascensor, un enfermo se ve obligado a interrumpir su tratamiento o un comerciante tiene que tirar a la basura toda la mercadería que tenía guardada en las heladeras, no hay fundamento que valga. Volvió a pasar en los últimos días, cuando la térmica superó los 40 grados y colapsaron las redes de varios puntos de la ciudad, aunque desde la EPE se esmeren en explicar que “solo afectó al 3 por ciento de los clientes”.
En la empresa admiten que la inversión no fue suficiente en los últimos años debido a “la brecha entre el costo de la tarifa y el valor de las obras y los insumos”. Y reclaman “mecanismos de financiamiento” para llevar adelante esas mejoras. Desde el actual gobierno de Santa Fe, que apenas está arrancando, aseguran que “la EPE mantiene un déficit de 30 mil millones de pesos, con un desorden generalizado de su funcionamiento”.
Un diagnóstico a todas luces
Marcelo Cassin, gerente general de la EPE y con muchos años de experiencia en la empresa, conviviendo con gobiernos de diferentes signos políticos, habló con el programa El Contestador, en Radio 2, para responder fundamentalmente una pregunta: ¿hizo la EPE las inversiones que se sabía que se necesitaban para no volver a tener cortes de luz en este verano?
“Cuando uno hace un plan de inversiones, y yo tengo unos cuantos años en la compañía, tiene que ver con el crecimiento propio de la demanda, con la calidad del servicio y en tercer lugar con la obsolescencia”, diagnosticó Cassin. Luego explicó que “el nivel de inversión que se llevó adelante en los últimos 20 años, tiene una brecha entre lo que realmente se necesita respecto de lo que efectivamente arroja la tarifa”. Y remarcó que “la EPE no tiene ningún otro medio de financiación que no sea la tarifa”.
Volviendo a la pregunta original, el gerente general de la EPE reconoció: “Las inversiones se hicieron. ¿Fueron las suficientes? No”. E insistió con que “el plan de inversión tiene una brecha respecto de lo que se recauda por tarifa”.
Cassin describió que “en el rubro estricto de obras de infraestructura para toda la provincia, el presupuesto aprobado por Legislatura es de 64 millones de dólares. En lo que nosotros proyectamos, el presupuesto para los próximos 5 años de manera constante no debe ser menor a los 110 millones de dólares, para hacer dos estaciones transformadoras, el revamping de esas dos estaciones, 50 kilómetros de línea de alta, 100 kilómetros de línea de media”.
El directivo de la EPE aseguró que “no hay empresa en la Argentina que tenga tantos kilómetros de línea como la Empresa Provincial de la Energía, con más de 25 mil kilómetros de línea en media tensión y 30 mil kilómetros de línea de baja tensión”. Y luego consideró que “debe haber un equilibrio entre una tarifa razonable, pagable, pero hoy está lejos para sostener el plan de inversión ideal”. En ese sentido, Cassin dijo que Santa Fe está “en el pelotón del medio” de los valores que cobran las provincias argentinas por el servicio de energía eléctrica.
“Las inversiones se hicieron. ¿Fueron las suficientes? No”.
Luego, Cassin ensayó un reclamo a la política santafesina y a los diferentes gobiernos con los que viene trabajando: “La EPE es una empresa, y como toda empresa privada, tiene que ser sustentable. O sea que los costos económicos de la empresa deben ser cubiertos con lo recaudado por tarifas. Y cuando hablamos con los diferentes ministros de Economía de la Provinvia, vos le decís «mirá tengo una brecha de casi 50 millones de dólares», te preguntan «¿y con eso qué dejás de hacer?» Nunca los tesoros de las provincias tienen un excedente como para decirte «acá tenés la plata que te falta, tomá y ponéla»”.
Y pidió: “Hay que darle a la EPE acceso a recursos de financiamiento para poder invertir. No puede ser que una estación transformadora, que tiene una vida útil de 50 años, la EPE la tenga que pagar en dos años”.
Por último, Cassin explicó que, por más inversiones que se hagan, nunca se puede garantizar que el sistema no falle: “Yo soy una especie de cazador de apagones en todo el mundo, porque de eso aprendemos. En 2003, en Estados Unidos y Canadá unas 60 millones de personas se quedaron sin servicio eléctrico. Esto mismo pasa en Inglaterra, en Italia. No vas a encontrar un sistema eléctrico que sea infalible”, afirmó.
Y recordó que “cuando en Argentina fue el apagón del domingo 16 de junio de 2019, el día de las elecciones y día del padre, fallaron dos líneas y el sistemna colapsó. En Estados Unidos, en 2003, fallaron ocho líneas en cascada. O sea que por más inversión que haya, no hay sistema eléctrico que sea infalible, siempre hay una probabilidad de que el sistema falle”.
En el final de la nota, insistió con lo que, según su opinión, sería un principio de solución para encarar un plan de inversión efectivo: “Lo que hay que hacer es activar los mecanismos de financiamiento para que la EPE pueda pagar la cuota-parte para mejorar el sistema eléctrico santafesino”.
“Un desorden generalizado”
Desde el flamante gobierno provincial encabezado por Maximiliano Pullaro, también salieron a hablar sobre la situación de miles de santafesinos que se quedaron sin energía eléctrica en estos tórridos días de febrero. En comunicación con Radiópolis (Radio 2), el ministro de Gobierno Fabián Bastía apuntó a la falta de inversión por parte de la gestión de Omar Perotti. “La verdad es que nos encontramos con situaciones peores al diagnóstico de déficit de las empresas públicas”. En ese sentido, aseguró que la EPE mantiene un déficit de 30 mil millones de pesos “con un desorden generalizado de su funcionamiento”.
Luego, se refirió a la etapa en la que trabajó en esa empresa: “Cuando nos fuimos en 2019, no había almacén que no estuviese repleto. Hasta los 12 meses de gestión del gobernador Perotti, alcanzaron los equipamientos para atender las deficiencias. Ahora sabíamos que no hay transformadores ni chicos ni grandes. La falta de inversión fue absoluta”, apuntó.