El Gobierno de Dinamarca llegó a un acuerdo para implementar un impuesto con el que esperan sumar otra herramienta para combatir los efectos del cambio climático y alcanzar su objetivo de neutralidad de carbono en 2045. Para ello, se le cobrará un impuesto a los productores agropecuarios por las emisiones de los eructos y flatulencias del ganado.
Las autoridades apuntan que, dado que este tipo de emisiones representan el segundo gas de efecto invernadero de mayor concentración en la atmósfera, su reducción podría representar un cambio significativo.
En concreto, a partir del 2030 las emisiones de metano que sean causadas por las vacas y los cerdos daneses serán tasadas con un impuesto de aproximadamente 44 dólares por tonelada equivalente de CO2, mientras que en 2035 se estima que pasará a valer unos 102 dólares.
La propuesta se oficializó a partir de un acuerdo alcanzado en junio entre el gobierno, una parte de la oposición y representantes de ganaderos, de la industria y del ámbito sindical. Lo que resta todavía es que el Parlamento del país escandinavo (uno de los más activistas en lo que respecta a materia climática) apruebe la petición.
El plan propone una reducción fiscal del 60% para "atenuar la factura" impuesta a los agricultores daneses, por lo que el costo para los ganaderos pasaría a ser de 18 dólares la tonelada a partir de 2030, y de 44 dólares cinco años después.
Mientras que grupos ambientalistas celebraron la medida, la Asociación danesa por una Agricultura Sostenible emitió un comunicado en el que aseguró que el acuerdo es "inútil" y que el día en que se presentó fue "triste para la agricultura".
"Como agricultor, me siento incómodo porque estamos participando en un experimento incierto que podría amenazar la seguridad del suministro alimentario", opinó el presidente de la organización, Peter Kiaer.
Según estimaciones del Ministerio de Economía local, como consecuencia del acuerdo podrían perderse hasta 2.000 empleos en el sector para el 2035.
Como más del 60% de la superficie del país está dedicada a la agricultura, los ingresos generados por el impuesto se reinvertirán en la transición ecológica de la industria agrícola.
El impacto de la medida está por verse y se debe considerar que Dinamarca es uno los principales exportadores de carne de cerdo a nivel mundial, las cuales representan cerca de la mitad de las exportaciones agrícolas del país, según el Consejo danés para la Agricultura y la Alimentación.