El diputado provincial Sergio Basile (UCR- FPCyS) publicó en su cuenta de Twitter la página de uno de los cuadernillos de 1° y 2° grado que el Gobierno de Santa Fe está distribuyendo a los estudiantes de la provincia. En la misma, puede observarse el abecedario, con una particularidad, se incluyen los dígrafos “ch” y “ll”.
Con los hashtags #nosonletras #retrocedimos el legislador planteó: “El @GobSantaFe ya está entregando este material en los cuadernillos de 1° y 2° grado. Teniendo en su contenido un abecedario que incluye la CH y LL. Vamos a pedir la corrección de manera urgente para evitar una enseñanza que no es correcta”.
Pero según la subsecretaria de Educación Primaria de la provincia, Nanci Alario, “no hay error”.
Consultada por Rosario3 al respecto, la funcionaria explicó: “El error es no haber enseñado la «ch» y la «ll». Sí, están en el alfabeto. Siempre estuvieron. Nosotros respondemos a la Academia Argentina de Letras; no a la Real Academia Española”, afirmó, y agregó que “es una buena oportunidad para poner sobre la superficie un debate sobre la enseñanza de la lengua escrita”.
Pero en su página de internet, la Academia Argentina de Letras sostiene que "no forman parte del abecedario los dígrafos, combinaciones de dos letras que representan un fonema: ch, ll, gu, qu y rr. Hasta fines de 2010, ch y ll también integraban el abecedario por el hecho de que estos dígrafos representan, en forma exclusiva y unívoca, un fonema del español, y en esto se diferencian de los otros dígrafos, como qu, por ejemplo, que también puede representarse con c delante de a, o, u y con k".
¿Con “ch” y “ll” o sin ellas?
Tras la discusión que disparó la publicación, el Ministerio de Educación de la provincia emitido un comunicado al respecto en el que expresa:
"Los niños de primer grado están haciendo sus primeros pasos en un aprendizaje sistemático de la alfabetización en el contexto de sus hogares, por lo tanto, el enfoque alfabetizador, así como los recursos utilizados en las propuestas, fueron un tema de debate y análisis a fondo en los equipos pedagógicos”.
“En función de esto, se acordó la incorporación del alfabeto en el cuadernillo, justamente por tratarse de una fuente de información que necesita un niño de seis a siete años que empieza el aprendizaje sistemático de la lectura y escritura”.
“Es importante tener en cuenta que, si las clases se estuvieran dando en el entorno del aula convencional, sería habitual que los docentes utilizaran las láminas con el alfabeto en las paredes. De hecho, este es un recurso que se puede encontrar en cualquier escuela, ya que es una fuente de información que constituye parte de un entorno alfabetizador", sostiene en el comunicado.
"En tal sentido –continúa–, el alfabeto impreso en el cuaderno Alfasueños 1 puede encontrarse en el Diccionario Panhispánico de Dudas (https://www.rae.es/dpd/abecedario) donde se aclara: "El abecedario español está hoy formado por las veintinueve letras siguientes: a, b, c, ch, d, e, f, g, h, i, j, k, l, ll, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z (→ a, b, c, etc.)".
Esta variante española del alfabeto latino universal ha sido utilizada por la Academia desde 1803 (cuarta edición del Diccionario académico) en la confección de todas sus listas alfabéticas. Desde esa fecha, los dígrafos ch y ll (signos gráficos compuestos de dos letras) pasaron a considerarse convencionalmente letras del abecedario, por representar cada uno de ellos un solo sonido".
"No obstante, en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, se acordó adoptar el orden alfabético latino universal, en el que la ch y la ll no se consideran letras independientes", reconoce la cartera educativa de Santa Fe y agrega: "En consecuencia, las palabras que comienzan por estas dos letras, o que las contienen, pasan a alfabetizarse en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. Esta reforma afecta únicamente al proceso de ordenación alfabética de las palabras, no a la composición del abecedario, del que los dígrafos ch y ll siguen formando parte”.
"En este contexto, la grilla que se presenta con el alfabeto es un portador de información que los niños que están atravesando un proceso de alfabetización inicial, necesitan tener a disposición como referencias explícitas a modo de pizarrón. La CH y LL son dígrafos cuya representación gráfica debe aparecer en el alfabeto del que se valen los docentes para enseñar a leer y escribir", se justifica.
"En torno a todo lo expuesto, la cartera educativa manifiesta que la perspectiva adoptada para la enseñanza de la lengua escrita, en este particular contexto de distanciamiento social, se sostiene en un enfoque de la enseñanza cultural, sistémico y equilibrado; cuyo carácter científico se hace presente al considerar los aportes de campos disciplinares como el Campo de las Ciencias del Lenguaje y los Estudios Literarios (la Lingüística, Sociolingüística, la Psicolingüística, las Ciencias Cognitivas y la Teoría Literaria) y el de las Ciencias de la Educación (Política Educativa, Pedagogía, Psicología, Sociología e Historia de la Educación).
Es a partir de estos saberes que se configura el interjuego entre aportes del campo científico que sustentan la didáctica de la alfabetización Inicial, dando consistencia a la enseñanza explícita del sistema en todos sus niveles", finaliza.
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