Los dos conductores que participaron en la picada mortal ocurrida en marzo pasado en Avenida del Rosario y Ayacucho seguirán tras las rejas. El más comprometido según la investigación pidió domiciliaria la semana pasada y se la denegaron. Este miércoles ocurrió lo mismo con el otro automovilista que participó en el hecho.
Pablo Mancini, imputado por homicidio simple con dolo eventual, solicitó este miércoles la libertad a través de sus abogados Ignacio Carbone y Renzo Biga, y de forma subsidiaria pidieron arresto domiciliario.
Los fiscales Walter Jurado y Valeria Piazza Iglesias de Homicidios Culposos rechazaron la petición del imputado y solicitaron que Mancini siga tras las rejas. El juez penal de primera instancia Facundo Becerra resolvió que continúe en prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.
Los abogados de Mancini cuestionaron la calificación legal de homicidio simple con dolo eventual con lesiones gravísimas en concurso ideal en calidad de coautor. Señalaron que las imágenes de las cámaras que captaron el siniestro vial dan cuenta que el auto de Mancini no tocó el vehículo en el que viajaban las víctimas David y Valentino Pizorno, de 43 y 8 años respectivamente. Los fiscales, por su parte, aseguraron que lo “rozó” y provocó junto con el otro automovilista el desenlace fatal.
El siniestro vial ocurrió el 20 de marzo pasado en Avenida del Rosario y Ayacucho, cuando un Renault Sandero y un Citroën C4 se desplazaban por Avenida del Rosario a altísima velocidad –132 kilómetros por hora, aproximadamente–, cuando al llegar a la intersección con Ayacucho colisionaron contra un Citroën C3.
Según las imágenes, el Sandero manejado por Germán Schoeller fue el que chocó de lleno contra el Citroën C3. El Citroën C4 de Mancini, de acuerdo a testimonios, dio una vuelta a la manzana después de la colisión y regresó a la escena.
Para los fiscales, Mancini actuó con dolo eventual al transitar a alta velocidad sin frenar en ningún momento en la esquina de Avenida del Rosario y Ayacucho. Sostuvieron que su Citroën C4 rozó el Citroën C3 de Pizorno y provocó el desenlace fatal en conjunto con Germán Schoeller.