La Justicia federal abrió un expediente por el derrame de desechos por parte de un buque extranjero en el Puerto de San Lorenzo días atrás. El granelero de las Islas Marshall permanece amarrado en el Paraná, frente al Campo de la Gloria. La presencia del líquido en las aguas del río forzó un parate en la planta potabilizadora de Fray Luis Beltrán.
Por el incidente registrado en las primeras horas del miércoles pasado se abrió una investigación a cargo del fiscal federal Claudio Kishimoto y la Prefectura Naval sobre el buque Princess María, de bandera de las Islas Marshall, hasta determinar la magnitud de los daños ambientales causados, si se trató de una acción involuntaria o deliberada, y las responsabilidades.
El caso puso en relieve, una vez más, la capacidad de control y el cumplimiento de la ley sobre las naves en la Vía Navegable Troncal a nivel estatal y de las firmas privadas.
La hipótesis que investiga la unidad fiscal de San Lorenzo es el vaciado de la sentina, un compartimento de los buques ubicado debajo de la sala de máquinas donde se depositan pérdidas de tuberías, desperdicios de combustibles y lubricantes y otros fluidos. Es un líquido altamente contaminante y especialmente nocivo en aguas dulces. Los barcos hacen filtrados para separar las sustancias más densas, que son descargadas y tratadas en instalaciones especiales, y descargan los líquidos –obligadamente en condiciones de inocuidad– en aguas profundas, en el mar.
El Princess María está anclado a la altura del kilómetro 345 del río Paraná, frente al Campo de la Gloria. El buque granelero es el responsable del derrame de derivados de petróleo y resinas cuando estaba amarrado en el puerto de Vicentin, lo que ocasionó una mancha que se fue desplazando aguas abajo hasta ser advertida por los operarios de planta potabilizadora de Fray Luis Beltrán, cuyas bombas extractoras tomaron parte del agua contaminada.
Las consecuencias ambientales del derrame de hidrocarburos se extienden a la flora y la fauna del Paraná, con daños en el ecosistema costero que se irán verificando con el recorrido de la mancha.
Por lo pronto, las autoridades y las empresas involucradas guardan silencio, mientras se intenta determinar si el incidente se originó merced a una negligencia, o de un vertido intencional.
La Municipalidad de Fray Luis Beltrán se vio obligada a detener la operación de la planta potabilizadora de agua de red domiciliaria tras la aparición de una sustancia contaminante.
Según trascendió no hubo aviso a las autoridades ni a las entidades con tomas de agua, como la planta potabilizadora beltranense y el Batallón de Arsenales.
Mientras continúan las investigaciones para determinar las características del aceite derramado, la Municipalidad, encargada del servicio de agua de red domiciliaria, tomó muestras del contaminante, hallado tanto en la superficie como en profundidad, que luego serán enviadas al Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) para su análisis.
A fines de agosto, además, se viralizó un video que tomaron pescadores que estaban ocasionalmente cerca del muelle de Vicentín muestra un importante derrame de azufre destinado a la empresa química Nouryon, ex Akzo Nobel.
El concejal de San Lorenzo Esteban Arico solicitó al Concejo la inmediata intervención del Ministerio y la Subsecretaría de Medio Ambiente: “Arrojar azufre en un río puede tener consecuencias ambientales graves, afectando tanto a los organismos acuáticos como a la calidad del agua, lo que a su vez impacta a las comunidades humanas y ecosistemas".