Lauren Wall tenía apenas 19 años cuando su vida, que parecía perfecta, se convirtió en un infierno. La joven británica, mamá de un bebé de 7 meses, acababa de casarse con su novio Paul White cuando éste la dejó por su suegra.
Lauren y Paul se conocieron en un pub en 2002 y fue un flechazo. A los dos años, ella quedó embarazada y en marzo de 2004 nació su hija, Maddie.
Con una hija, la pareja decidió sellar su amor y se casaron; la madre de la joven ayudó con los gastos de la boda y por eso se la llevaron de luna de miel como agradecimiento. Dos meses después, él la dejó para irse a vivir con quien pocos días antes era su suegra.
“Paul siempre se llevaba muy bien con mi madre. Nunca me pareció extraño. Al fin y al cabo, era su suegra y él solo estaba siendo amable con ella”, comentó la mujer.
Fue una hermana de Lauren la que descubrió lo impensable. Revisando el móvil de su madre leyó los mensajes que se mandaba con el marido de su hija.
Paul White abandonó a la joven dos semanas después de la boda para empezar una nueva vida con la que, durante unos días, fue su suegra. De hecho, la madre de Lauren, que tenía en ese momento 38 años, no tardó en quedarse embarazada.
“Ella me dijo que el padre era otra persona, pero yo sabía la verdad. Mi madre pagó la boda de mis sueños y después tuvo un bebé con mi marido”, declara la joven para The Mirror.
“Aún no puedo creer que las dos personas que amaba pudieran traicionarme así. Es una de las peores cosas que una madre puede hacerle a una hija. Puede que Paul haya sido un mal novio, pero es que ella es mi madre. Se supone que debe protegerme por encima de todo lo demás. Nunca la voy a perdonar”, confiesa Lauren.
Según publicó Infoveloz, la joven apenas mantiene el contacto con su madre, que trabaja en servicios infantiles y sigue casada con el que fue su ex yerno. Lauren logró salir adelante encontrando una nueva pareja con la que rehacer su vida y es mamá de cuatro hijos.