La transformación de la ruta nacional Nº 33 en autopista vuelve a quedar paralizada y sin fecha de reanudación. Es que esta semana desde Vialidad confirmaron que se va a rescindir el contrato con la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que tenían a cargo su construcción.
La decisión, según explicaron, tiene que ver con el incumplimiento constante del plan de obras previsto para el 2022 por parte de las firmas Cartellone y Rovella Carranza. De esta manera, en 2023 se volverá a realizar una licitación y no hay fecha precisa de cuándo se podrían retomar los trabajos.
Actualmente el contrato con la UTE era por los 72 kilómetros que separan Rufino de San Eduardo. De ese total, el Estado había firmado convenios con frentistas a los que hubo que expropiarles parte de sus terrenos y ya había 28 kilómetros disponibles para avanzar con la nueva traza vial. Pero las empresas no lograron cumplir con esto.
De acuerdo al comunicado de Vialidad, el principal inconveniente tuvo que ver con dificultades financieras de una de las firmas que forma parte de la UTE, Cartellone. La empresa se encuentra en proceso de concurso de acreedores y esto generó severas dificultades financieras en el proyecto.
A los problemas económicos, la empresa contratista también tuvo problemas para conseguir canteras en la zona, es decir terrenos de los que extraer suelo. También algunas dificultades administrativas en la inscripción de las mensuras de las parcelas para favorecer el ritmo de liberación de la traza.
Por todo esto es que el administrador General de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta, dispuso la rescisión del contrato. Ahora el organismo deberá iniciar una nueva licitación que se estima que será en los primeros meses del 2023.
Para este nuevo pliego se prevé una modificación al contrato que fracasó. En lugar de otorgarle a una misma firma la construcción de los 72 kilómetros que separan Rufino de San Eduardo, se va a dividir en dos tramos.
“Con esta medida, que subsana una de las dificultades del proyecto original dada su extensión, el organismo se adecúa a una práctica razonable y habitual de contratar la construcción de autopista en trayectos no mayores a 40 kilómetros de longitud de obra. Cabe consignar que, en el tramo entre Rufino y Amenábar, donde la contratista desarrolló trabajos, esas construcciones serán utilizadas y completadas para finalizar el proyecto”, concluye el comunicado de Vialidad.