En el marco del Día Internacional de la Construcción, el presidente Alberto Fernández y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, participaron de un acto en el que anunciaron el tratamiento en diciembre en sesiones ordinarias de dos proyectos de Ley elaborados por el Ministerio de Economía en 2020 y que a principios de este año ingresaron a la Cámara baja. Uno de ellos está relacionado con los incentivos tributarios para alentar la construcción; el otro, implica créditos hipotecarios para la clase media.
En el día de ayer, el oficialismo dio a conocer algunos de los lineamientos de los nuevos créditos hipotecarios. En línea con lo dicho por Gabriela Cerruti sobre la preocupación del gobierno por el problema de la vivienda, no sólo se buscará modificar la Ley de Alquileres para garantizar una mayor oferta de departamentos sino también, abrir nuevamente la posibilidad a la compra.
¿En qué consisten los nuevos créditos?
La ley presentada por el Gobierno a principios de 2021 implica el cambio del índice UVA –ajuste por inflación– a uno sobre salarios. Los créditos se otorgarán en unidades Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER-inflación) y el Índice de costo de la construcción para el acreedor y en base al Coeficiente de Variación Salarial (CVS) para el deudor. Se darán créditos por hasta el 80% del monto de la vivienda a quienes quieran adquirir o construir.
Para que los créditos puedan otorgarse, se dispone la creación a cargo de los bancos de un Fondo Fiduciario de Cobertura y Promoción (FFCP) que tendrá por objetivo compensar las diferencias que se produzcan en cada período de pago de las cuotas. Ese fondo surgirá de la creación de una Sociedad Hipotecaria que administrará dicho fondo de modo de crear nuevos créditos hipotecarios con cobertura de la cuota ante descalces entre salarios e inflación para darle sustentabilidad al sistema.
El Fondo Fiduciario de Cobertura y Promoción estará compuesto por una porción de la cuota del crédito hipotecario, aportes de las entidades bancarias, con la misma rentabilidad que obtenga el fondo y un aporte inicial del Tesoro Nacional. La propuesta del Gobierno apunta a "impulsar el crédito, la actividad, el empleo, los mercados financieros locales y reducir el déficit habitacional" sin dejar de resguardar el capital prestado y cubriendo eventuales descalces cuota/ingreso a lo largo de toda la vida del crédito.
En el programa no se comprometen recursos ni del Tesoro Nacional ni del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Los detalles se conocerán una vez que comience el tratamiento en diciembre.
¿Adiós a los UVA?
Los créditos hipotecarios UVA se implementaron en 2016 con la expectativa de solucionar parte de la problemática en torno al acceso a la vivienda. Destinada fundamentalmente a la clase media, la iniciativa acercó la posibilidad de la casa propia con cuotas similares o menores a las de un alquiler y requisitos en cuanto a los ingresos menores que los necesarios para acceder a créditos tradicionales. Sin embargo, tras cinco años de inflación sostenida, caída del salario real, devaluaciones y otros factores, el conjunto de deudores hipotecarios bajo la modalidad UVA tuvieron dificultades crecientes para sostener el pago de las cuotas.
"Se abordó la evolución de la UVA, la cual subió menos que la inflación todos los años, con la excepción de 2020. Por otra parte, de acuerdo al Índice de Salarios elaborado por el Indec, se advirtió que los salarios nominales subieron 323% entre marzo de 2016 y febrero de 2021, los precios generales registraron una suba del 385% (IPCBA), y la unidad UVA aumentó un 391%. Es decir que los salarios nominales promedio crecieron bastante menos que el nivel general de precios (62 p.p. de diferencia) y la UVA (68 p.p.). Esto evidencia una gran pérdida del poder adquisitivo del salario en términos de todos los bienes, en general, y de la cuota del crédito, en particular", expresó un informe de la Defensoría del Público.
Por último, se pudo comprobar que la unidad UVA aumentó a un ritmo más acelerado que el precio de los alquileres en la Ciudad de Buenos Aires: entre 20116 y 2020, el alquiler de un departamento de dos ambientes subió un promedio de 399%, mientras que la UVA alcanzó un 412%. La diferencia es aún mayor si se toma como parámetro una vivienda de tres ambientes: 381% contra 412%.
Con esta iniciativa, el Gobierno busca impulsar la construcción y al mismo tiempo, intentar mejorar el problema habitacional que enfrenta a la Argentina.