Tank Hafertepen, un australiano de 28 años residente en Estados Unidos, murió tras inyectarse silicona en los testículos y participar de un juego sexual, informó Crónica.
Su madre, Linda Chapman, apuntó legalmente contra Dylan Hafertepen, Daniel Balderas Hafertepen, Charles Osborn, Matthew Scott y Philip Myers, todos novios del hombre fallecido, acusándolos de manipular a su hijo para que introduzca silicona en su miembro.
Según informó el medio, los seis hombres convivían en una relación de “poliamor” y se dedicaban a trabajar sus músculos en el gimnasio. Algo que quisieron intentar con Tank al incitarlo a que se inyecte silicona en sus partes íntimas.
Tank habría comenzado el “tratamiento” en el año 2014, supuestamente con la ayuda de Dylan. Esta práctica duró hasta el 2018, momento en el que falleció a causa de una embolia pulmonar.
Según investigadores, practicaba un culto que exigía a sus seguidores tener agrandados sus escrotos y ciertos atributos físicos.
En las redes donde se compartían las acciones de esta comunidad le consultaron sobre hasta qué punto pensaba llegar con las inyecciones de silicona, él respondió: “El maestro decidirá cuánto es suficiente”, haciendo alusión a Dylan.