Este jueves, falleció el investigador santafesino Hugo Maccioni, considerado "un prócer de las ciencias biológicas en el país".
El profesional se graduó de bioquímico en la UNC y fue discípulo del doctor Ranwel Caputto, con quien realizó su doctorado. Fue profesor titular de Biología Celular y Molecular y profesor emérito de la UNC; director del Departamento de Química Biológica y vicedecano de la facultad de Ciencias Químicas.
También fue Investigador Superior de Conicet, director del Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC-Conicet-UNC) y director del Centro Científico Tecnológico Córdoba.
Desde el año 2016, Maccioni se desempeñaba como titular del Área de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la UNC. Entre las múltiples distinciones y premios que obtuvo, presidió la Sociedad Argentina de Investigación Bioquímica, la Sociedad Argentina de Neuroquímica, la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba y la Pan American Association for Biochemistry and Molecular Biology (PABMB).
También fue Académico Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Académico de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS) y miembro de la Academia de Ciencias de América Latina. Recibió los Premios Bernardo Houssay 2000 de la Sociedad Argentina de Biología y Houssay Trayectoria 2012 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Fue International Research Scholar del Howard Hughes Medical Institute.
Además de sus múltiples contribuciones científicas y distinciones, Maccioni fue reconocido en el ambiente científico como “una gran persona, que enriqueció a quienes tuvieron el privilegio de trabajar con él, tanto en el laboratorio como en el aula y la gestión, con sus conocimientos y experiencia. Capaz de sostener sus puntos de vista con claridad, sin dejar por ello de considerar las opiniones diversas. Siempre dispuesto a colaborar en la gestión y progreso del sistema científico argentino.
Destacan que fue “un investigador brillante, original y prolífico y un maestro inspirador y generoso. Una gran pérdida para la ciencia argentina y para cada uno de sus amigos, colegas y discípulos”.
Desde el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), hicieron llegar un gran abrazo a su esposa Beatriz, y las más sentidas condolencias a sus hijos y nietos.