Dios le da pan al que no tiene dientes. Y pescados al que no tiene clientes. Es que la bajante del río Paraná favorece la actividad de los pescadores, pero la falta de gente en las calles complica la venta, pues la mayoría de ellos trabaja la comercialización con los tradicionales puestos donde se ven los ejemplares colgados, por ejemplo en La Florida y el parque Alem.
No, la venta online no aparece en el menú de opciones de estos trabajadores humildes, criados en el río, acostumbrados a navegar, sí, pero no por intenet. Pero, signo de los tiempos, algunos entedieron que para poder sobrevivir en estos tiempos de internet van a tener que aceptar, incorporar, una palabra en inglés: delivery.