Un joven que quedó paralítico tras caerse mientras practicaba parkour, pidió colaboración económica para poder viajar a México, país que le ofrece una alternativa médica. Además, precisa una silla nueva para desplazarse. La historia conmovedora de Pablo y cómo poder contribuir a que viva mejor.
En 2016, con 20 años, Pablo hizo su última prueba de Parkour, una actividad física que consiste en trasladarse por un terreno utilizando las propias fuerzas y capacidades del cuerpo. “Estaba en un predio deportivo practicando. Venía haciendo todo bien, hice un salto lo más arriba y en el medio sentí que el trampolín se movía para delante. Caí con las cervicales contra el piso, mi cuello contra el piso”, precisó en diálogo con De 12 a 14 (El Tres), 8 años después.
“En ese momento, sentí como mil agujas, perdí la sensibilidad instantáneamente. Sabía en mi interior que me tenía que quedar quieto, que no estaba bien. Llamaron al Sies que tardó, después no recuerdo más porque aunque no estaba inconsciente, empecé a perderme del lugar”, añadió sobre el momento en el que le cambió la vida.
Pablo confirmó que sufrió “una lesión medular incompleta”. “La columna se partió y fue a parar a la médula, lo que me impide tener sensibilidad en las piernas, control de esfínteres y no puedo mover ni sentir las manos”, precisó sobre las consecuencias del impacto.
El joven, que desde aquel fatídico día, se desplaza en silla de ruedas, pero depende de sus seres queridos para todo, pidió ayuda a la población para lograr reunir fondos a fin de poder viajar a Guadalajara, México, en donde le podrían practicar “estimulación epidural”. “Me ayudaría mucho a tener más independencia y quizás lograr caminar, al menos con asistencia”, explicó sobre las bondades del tratamiento.
Además, Pablo confió que también necesita reunir dinero para cambiar la silla de rueda (eléctrica de escritorio) y costear un colchón antiescaras que le permita permanecer en la cama sin lastimarse. Quienes puedan y quieran ayudarlo, comunicarse al 3413701650.