Pasado el programa especial Debate Rosario (el Tres) del último jueves, en el que la candidata y los candidatos al Concejo de la ciudad plantearon sus proyectos para la ciudad y expresaron sus críticas sobre lo hecho por los oficialismos, entrevistada en La primera de la tarde (Radio 2), la licenciada en Comunicación y coach de oratoria e imagen María Alejandra Dimónaco realizó una segunda lectura sobre el lenguaje oral y corporal.
Consultada por Sergio Roulier, la especialista en media training y locutora de Frecuencia Plus enumeró los aciertos y errores de cada exponente.
En el caso de Miguel Tessandori (Mejor), Dimónaco sintetizó su paso por el programa del último jueves con una frase: “Estaba en su casa”.
“Le hablaba a la audiencia desde su hábitat, cómodo. Por un momento, sentía que hacía un gran stand up porque explicaba todo muy fácil. Sí noté que fue el único que no tuvo soporte audiovisual, como fotos y cifras, y eso puede hablar de cierta falta de planificación. Pero le bastó con lo que él decía y con lo que comentaba acerca de lo que había recorrido y visto”, siguió.
Alejandra puntualizó en la entrevista que en “en los debates, no es tan importante el contenido sino las frases que recordamos. Y él (por Tessandori) dijo «veo gente muerta» en referencia a la película Sexto sentido. Eso habla de la realidad que estamos viviendo los rosarinos”.
Sobre la vestimenta del ex De 12 a 14, la directora de Orbi Comunicación explicó que el uso de la corbata –Miguel fue el único de los candidatos que la vistió– “habla de la formalidad que quiso tener a la hora de hablar. También tuvo golpes al final, como mencionar la presencia su nieta Sofía. Ahí usó un tono cálido, familero. También usó muy bien los «gestos adaptadores» que son los que ilustran lo que se va diciendo”.
Por último, indicó que “le hubiera sacado los lentes que tuvo en sus manos” durante la hora y media de Debate Rosario porque “él no los necesitaba. Eso se suele llamar en oratoria «muletillas de objetos»”.
Sobre Lisando Cavatorta (Frente de Todos), Dimónaco advirtió que “debería haberse fijado en la escenografía. Era toda en tonos de celeste y azul, y su camisa se confundía con el fondo”. Para la entrevistada es un dato “muy importante para distinguirse en una disertación”
“Lo vi todo el tiempo con un fibrón en la mano”, añadió. Y si bien indicó que los furcios “puede ocurrir en situaciones que no se dan todos los días, cuando una palabra termina con vocal y la siguiente empieza con una, tiendo a poner jotas. En un caso, que si bien la otra comenzaba con hache, dijo «hastajoy» (por fonética).
Asimismo, Dimónaco denotó que al candidato del Frente de Todos “le faltó manejo del tiempo”, que apeló a “muchas muletillas” y que su manejo del cuerpo en el atril “no fue bueno”: “Le diría que tenga cuidado con lo que se llaman «gestos base» que tienen que ver con una postura vertical, abierta, simétrica y estable”.
Consultada por Roulier sobre si “Cavatorta había sido el candidato que más había sentido (el debate) en el cuerpo”, la también locutora de Radio 2 respondió: “Creo que recibió un golpe fuerte en el comienzo y quedó, como se dice, «metido para adentro»”.
Ambos –conductor y entrevistada– se referían a la denuncia de hizo la concejala Anita Martínez (Juntos por el cambio) sobre el uso de un auto del Estado (provincial) para la campaña electoral.
“En ese momento, quizás, él se hubiera tenido que defender. Pero son las reacciones que uno tiene”, cerró la entrevistada.
A la hora de analizar la gestualidad de Martínez, la especialista hizo foco en “la cantidad de veces” que había tomado agua.
“Fueron muchísimas y fue para ella un gesto de «no estoy cómoda acá». Era como en el debate Clinton-Bush del ’92, cuando Bush miró su reloj siete veces como diciendo «cuándo se termina esto». Esto sumado a que, si vas a usar fotos o soportes visuales, tenelos organizados. No podés estar agachada detrás del atril buscando eso”.
“Creo que hubo poca organización. La vi a destiempo, poco convincente, con «articulación laxa»; había palabras que no se entendían”, abundó Dimónaco, al tiempo que cuestionó la decisión de la concejala de rechazar el uso de los 30 segundos.
Sobre Juan Monteverde (Ciudad Futura), la docente de locución y doblaje resaltó “la actitud simpática, con la camisa afuera del pantalón, sonriendo; es una actitud de «estoy cómodo a pesar de todo». Esto reconociendo que era el único que no venía del periodismo y que hizo lo mejor que pudo. Sí le diría a Juan que ponga consonantes finales, ciudad es con «d» final y también faltaron las «eses». Y cuidado cuando lee los números, porque su mirada va muy para abajo y se pierde el contacto con la audiencia, que es fundamental”.
Por último, Dimónaco recordó que el candidato, en un momento de su alocución, se dirigió a Roulier en vez de al público”.
En paralelo, destacó que "utilizó muy bien los «gestos caja» que son los que se usan en política. Se trata de tener la imagen en las manos de una caja de 30 por 30 o de 40 por cuarenta y mover las manos dentro de ese ámbito. Él lo manejó perfecto”.
El cierre del análisis de Debate Rosario fue para Ciro Seisas quien abrió su participación con la frase «buen mediodía» "como diciendo «aquí estoy», el «Ciro de De 12 a 14». Está bien usar esa trayectoria y decir «volví, estoy con ustedes»”.
Si bien el ex periodista de el Tres y Radio 2 no vistió corbata, como sí lo hizo Tessandori, Alejandra remarcó que portó saco, un dato que suma a la formalidad.
“Al principio –añadió Dimónaco– lo vi muy atado al papel. Y si tenés un minuto, aprovecho eso para mirar a la audiencia, a la cámara, para que la gente sepa que le estoy hablando a ella. Usó muy bien los recursos visuales, lo noté muy seguro. Aparecieron algunas muletillas, como el «eh» y también jugó bastante con la birome, que es un gesto con el que se busca descargar tensión. Sí usó muy bien los «gestos ilustradores» que es replicar con las manos lo que digo con mi voz”.
Por último y a modo de conclusión, Dimónaco alentó la posibilidad de que los debates televisivos continúen para que “se pueda ver a nuestros candidatos hablando. Creo que si bien no definen una elección, permiten el lucimiento de alguien que no era tenido en cuenta hasta entonces” o, por contrario, invitan a repensar la opción elegida.