En la provincia de Santa Fe, los hechos de tránsito son la principal causa de muerte en los jóvenes. Durante el 2020, el 53 % de los fallecidos tenían entre 15 y 39 años, con su pico máximo en el rango de 20 a 29 años, estadísticas que se sostienen desde años anteriores.
Al respecto, el sub secretario de la APSV, Osvaldo Aymo, sostuvo que “para que una determinada causa de lesión o muerte sea considerada como un problema de salud pública de primera magnitud, deben considerarse cuatro aspectos: su magnitud, su trascendencia, su vulnerabilidad y los costos de este flagelo”.
Más adelante, agregó que “los accidentes de tránsito claramente reúnen las condiciones para ser comprendidos de tal forma. Primero porque las magnitudes de sus consecuencias son escalofriantes en cuanto a fallecidos y lesionados. Segundo, debido a que cada hecho trasciende a los individuos involucrados por sus obvias repercusiones en entornos familiares, laborales y sociales”, dijo Aymo.
“Luego -continuó-, por tratarse de un problema sanitario que involucra a grupos vulnerables de riesgo como a peatones, ciclistas y motociclistas. Por último, por sus costos, que no incluyen solamente a los daños materiales y la cuestión meramente económica, sino también las secuelas indirectas asociados a la cuantificación inmaterial del dolor, sufrimiento y la pérdida de calidad de vida como producto de las lesiones por el tránsito”, detalló el funcionario.
Problemática de características endémicas
En el año 1955, casi con predicción profética, el médico forense Camille Simonin afirmó que “el automóvil vino a reemplazar a los virus y bacterias, como causa de muerte”. Sin embargo, hasta hace algunos años se consideraba que la inseguridad vial y los accidentes de tránsito eran sucesos azarosos que representaban una problemática exclusiva del transporte, de la movilidad y de la cultura vial propia de los argentinos.
No obstante, el incremento progresivo en la cantidad de lesionados y fallecidos registrados año a año es una prueba irrefutable que esta cuestión trasciende un mero problema puntual de movilidad, siendo por el contrario una problemática compleja de salud pública de características endémicas.
Según datos del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), en Argentina cada año mueren cerca de 4.000 personas en accidentes de tránsito. Además, se registran más de 100 mil personas lesionadas al año como consecuencia de los siniestros viales. El 14% de las personas lesionadas padecen lesiones graves, mientras que el restante 86% presenta heridas leves.
Los datos indican que el género de las/os lesionadas/os es, al igual que sucede con las víctimas fatales, mayoritariamente masculino. El 64% de las personas heridas son varones y el 33% son mujeres (4% sin dato). En cuanto a la edad, cerca del 45% de la/os heridas/os son jóvenes entre 15 y 34 años, siendo el rango 35 a 44 años el siguiente con mayor participación.
Respuestas sanitarias a los accidentes de tránsito
Si bien el sector de la salud no es la única área implicada en la solución de este problema, sin dudas que su enfoque y una rápida respuesta será determinante para paliar este flagelo.
En este sentido, es primordial fomentar la integración de la seguridad vial en áreas de promoción de la salud e incentivar las intervenciones preventivas. Mejorar la atención pre hospitalaria y de emergencia, colaborando para convertir la información científica sobre los accidentes de tránsito y sus efectos en políticas públicas.
Es necesario remarcar que la manera de enfrentar adecuadamente este problema de salud pública, requiere que los diversos sectores involucrados desarrollen un estrecho trabajo de coordinación, aplicando saberes integradores e interdisciplinarios, a los efectos de lograr un cambio en la conciencia ciudadana que permita prevenir antes que curar.