De remera blanca y con gorrita, Lionel Messi llegó a Rosario para festejar Navidad y Año Nuevo con su familia. El capitán de la selección argentina llegó procedente de Valladolid, donde este martes consiguió el récord del máximo goleador de la historia en un club. Lo pasó a buscar por el aeropuerto de Fisherton su esposa, Antonela Roccuzzo, no hubo contacto con la prensa pero firmó autógrafos y se sacó fotos con sus fans.
El avión que trajo al mejor jugador del mundo arribó a las 10.39 y unos minutos después el astro del fútbol pisó suelo argentino, a las 10.47. Llegó acompañado por su hermano Rodrigo, mientras el resto de la familia lo esperaba ya en la ciudad.
A pesar de las restricciones por la pandemia, un pequeño grupo de fanáticos se acercó al aeropuerto para tratar de verlo lo más cerca posible.
Leo tuvo que pasar los trámites de migraciones y los que impone el protocolo desde la reapertura de los vuelos en el país.
Messi pasará cuatro días en la ciudad, ya que el día 27 de diciembre volverá a España. El rosarino tendrá que regresar a Barcelona porque su equipo jugará contra Eibar el día 29, poco antes de Año Nuevo.
Pocos privilegiados:
Si bien Messi no tuvo contacto con el grupo de fanáticos que se llegaron hasta el aeropuerto rosarino, algunos lograron foto y firma.
Aquellos que pudieron cruzarse en el paso del 10 del Barcelona en el breve lapso de tiempo que estuvo en el predio de Fisherton se llevaron un valioso premio.
De todos modos, muchos de los chicos que lo esperaban pacientemente en la salida del aeropuerto no corrieron la misma suerte.