Akitoshi Okamoto, un jubilado japonés fue detenido por realizar 24 mil llamadas para quejarse del servicio de su compañía de teléfonos. El hombre exigía que le "pidieran disculpas" por las molestias que le habían ocasionado.
Las autoridades de Tokio informaron que Okamoto, de 71 años, fue acusado de obstrucción fraudulenta de los negocios, por llamar durante ocho días a la sección de servicio al cliente del operador telefónico KDDI, con la intención de quejarse por el mal servicio.
"Exigía que el personal de KDDI le pidiera disculpas por violar su contrato. También solía colgar rápidamente después de marcar el número", dijo un portavoz de la policía.
Según publicó Crónica, en Japón, donde el envejecimiento de la población se convirtió en un problema social, los reclamos de las personas mayores aumentaron considerablemente en los últimos años.