El termómetro volvió a trepar este viernes caliente y llegó a los 38,5 grados a las 16 y la sensación térmica rozó los 41 a las 18, en el registro oficial del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Más tarde, justo para los festejos de Argentina que venció a Países Bajos en el Mundial, llegó la lluvia (por momentos diluvio) con viento y actividad eléctrica.
Alerta por calor y por tormenta
El SMN emitió a la tarde un alerta por las altas temperatura en “Nivel rojo: efecto alto a extremo en la salud”. Eso significa: “Muy peligrosas. Pueden afectar a todas las personas, incluso a las saludables”.
A las 18, la temperatura era de 36,4 y la témica, 40,9.La humedad era del 42%, la presión andaba cerca de la barrera del mil (996,6 hPa), el viento era norte a 11 km/h y la visibilidad llegaba a los 12 kilómetros.
El organismo emitió un “alerta amarillo” que alcanza al departamento Rosario y tiene vigencia al menos hasta esta tarde.
“El área será afectada por tormentas, algunas de las cuales pueden ser localmente fuertes. Las mismas estarán acompañadas de intensas ráfagas de viento, ocasional caída de granizo, fuerte actividad eléctrica y abundante caída de agua en cortos períodos de tiempo”, señala el parte.
Al margen de esa advertencia puntual, el pronóstico regular del SMN estiraba las chances de “tormentas fuertes” hasta la noche (con entre un 40 y un 70% de probabilidades). Hacia la madrugada del sábado el horizonte cambia a “tormentas aisladas” y ya por la mañana cesaría el riesgo de lluvias (con cielo “parcialmente nublado”).
Pasadas las 20 y ya bajo la lluvia (no constante, había chaparrones) y truenos, el SMN midió 32,8 grados en Rosario (38,2 de térmica). Media hora más tarde llegó el diluvio, con ráfagas intensas.
La temperatura mínima esperada para el inicio del fin de semana es de 23 grados y la máxima de 31, con viento cambiante a lo largo de la jornada. El domingo sería un poco más caluroso.