La obra en el Monumento a la Bandera le ha cambiado su fisonomía, pero la ausencia del fuego siempre encendido de la llama votiva le brinda, por estas horas, un toque de extrañeza. ¿Pero por qué se decidió apagar esa lengua naranja y vibrante que le da alma a la piedra dominante?
En el centro del Propileo, la llama votiva apagada arroja una postal particular del histórico monumento nacional, a pesar de que las refacciones que por fin comenzaron a hacerse han provocado una modificación de su imagen, a base de andamios instalados, maquinaria y obreros que van y vienen por el lugar. Rosario 3 consultó a Eduardo Arbio, el arquitecto encargado de la conservación del Monumento patrio al respecto: “Para proteger la llama se la cubrió, se está restaurando el Propileo”, dijo.
La incandescente lengua es un homenaje a las personas que permitieron la independencia de Argentina. Debajo suyo se hallan restos de un soldado desconocido caído en el combate de San Lorenzo. A su vez, constituye una consideración a la contribución de la población a la construcción diaria de la nación.
“No hay fecha de cuando se vuelva a encender porque la misma llama va a entrar en restauración”, aseguró el profesional. “Ahora se está trabajando el mármol del revestimiento por eso la gente va a ver el frente de Córdoba y el que da sobre el patio cívico totalmente andamiado y la media sombra, se va a trabajar en los dos frentes”, precisó.
Arbio explicó que una vez que se finalicen las tareas del Propileo se realizará la recuperación de la llama. “Está dentro de la restauración programada en general, no porque funcione mal”; advirtió y aseguró que “cada tanto tiempo se inspecciona y si es necesario se restaura”. Según indicó, hace unos 5 años atrás se efectuó un arreglo.
Una nota de Rosario3 registra un apagón de la llama en 2013, cuando se dispuso el corte de gas por refacción. En esa oportunidad, la ausencia del fuego causó inquietud en el marco de por la entonces reciente explosión de calle Salta 2141.