Nacho Vidal, uno de los actores porno más famosos del mundo, contó de la misteriosa enfermedad que lo llevo a dejar la actividad y tramitar una pensión por minusvalía.
“Yo tenía la enfermedad del Reiter, no del sida. De Reiter, que, al lado del sida, es como comparar un Ferrari con un Lada: el Lada sería el sida, y el Reiter sería el Ferrari... del dolor”, explicó el español.
Vidal dice que ya no puede trabajar “de nada” por lo que el llama “síndrome de Reiter”, aunque la comunidad científica prefiere el término “artritis reactiva”.
Así, según publica la BBC, se evita honrar el nombre de Hans Reiter, uno de los primeros médicos en describir la enfermedad, pero también un líder nazi que experimentó con prisioneros del campo de concentración de Buchenwald, en Alemania.
“Yo tengo una enfermedad que contraje hace siete meses ya, que se llama el síndrome de Reiter. Es una enfermedad que yo contraje sin darme cuenta, hace mucho tiempo, a lo largo de toda la historia del porno, por las gonorreas y clamidias”, afirmó Vidal.
Una de cada 30.000 personas padece de artritis reactiva, un mal que afecta sobre todo a hombres de entre 15 y 35 años, según la página web de la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder).
La enfermedad surge como una reacción a una infección y en sí no es contagiosa. No obstante, algunas de las bacterias que pueden ocasionar esta reacción sí se transmiten mediante relaciones sexuales o comiendo alimentos contaminados, como explica el sitio web de la Clínica Mayo.
Por ejemplo, la clamidia o la salmonela.
Esa primera es precisamente uno de los males en lo que, según Vidal, puede radicar el origen de su artritis reactiva.
El antiguamente llamado síndrome de Reiter no es un virus, sino una reacción inmunológica.
También cabe destacar que la mayoría de las personas expuestas a las bacterias que pueden causar artritis reactiva no llegan a desarrollar esta enfermedad.
La reacción se suele presentar como una hinchazón y dolor muscular en los intestinos, los genitales o las vías urinarias, como explica la Clínica Mayo. Las rodillas, los tobillos y los pies suelen ser los más afectados.
También es común que vaya acompañada de conjuntivitis, trastornos de la piel e hinchazón en dedos de las manos o los pies, como corroboró Vidal.
"Yo tuve una fiebre muy fuerte... Compré medicina, pensaba que era una gripe estomacal porque también iba mucho al baño; estaba lleno de medicinas y la fiebre no bajaba. De repente me salió una prostatitis: se inflama la próstata y cuando orinás te duele”, describió.
Nacho Vidal asegura que ya no puede trabajar "de nada". “Me empezó a doler la mano derecha... Al día siguiente, me levanto y tenía la mano inflada, hinchada, era como si fuera un corazón: bumbúm, bumbúm, bumbúm”.
Vidal asegura que llegó a tomar opiáceos por el día e inyectarse morfina por la noche para aguantar el dolor, siempre bajo instrucciones médicas.
Dijo que estuvo tres meses postrado en la cama, con la mano hinchada doliéndole. Luego le sucedió lo mismo en un tobillo y una rodilla, de donde le sacaban "tres agujas de líquido amarillo cada día".
Si bien Vidal asegura que se trata de una enfermedad crónica, instituciones como la Clínica Mayo, Feder y el Colegio Estadounidense de Reumatología afirman que puede volverse crónica, pero no necesariamente. Por lo general, suele remitir después de un año.