La contaminación en el Río Paraná es un problema de larga data, y con la histórica bajante que desde hace meses afecta su caudal, muchos de los residuos que son arrojados al agua quedaron expuestos. Ante esto, diferentes grupos autoconvocados han llevado a cabo iniciativas de limpieza de las costas, y tal es el caso de la Asociación Rosarina de Kite Surf.
Se trata de un grupo de deportistas cuyo fin es divulgar y promover su actividad, que se practica en la zona dos de la Rambla Catalunya. Allí, la presencia de distintos tipos de residuos no sólo entorpece el desarrollo del deporte, sino que además supone un peligro para quienes lo realizan. Para solucionar esas cuestiones y preservar el medio ambiente, se llevan a cabo tareas de limpieza.
“Lo hacemos a menudo a la par de las tareas de limpieza habituales que realiza la municipalidad. Estas tareas se deben a que la zona ha quedado muy vulnerada y expuesta al descuido y negligencia de quienes van a tomar o hacer previas durante el día y la noche, sobre todo los fines de semana”, contaron desde la asociación.
“Dejan botellas rotas, basura inorgánica de alimentos varios y de otro tipo y lo arrojan a orillas del río”, detallaron, agregando que la presencia de estos residuos, visibles o debajo del agua, ha “representado muchísimos accidentes” para los deportistas que practican sus actividades en la zona.
En esta ocasión, desde la asociación agradecieron a los "kiters" que ayudaron en la limpieza del balneario desde el que salen a navegar, cuya superficie estaba sumamente cubierta de residuos.
"Desde nuestra institución les agradecemos el trabajo y les pedimos nos sigan acompañando con este importantísimo aporte para la ciudad, nuestra actividad y fundamentalmente al medio ambiente", expresaron en su cuenta de Instagram.
Y así como la presencia de basura en la costa ha motivado estas tareas, la bajante del río también pone otras cuestiones sobre la mesa. Es por eso que también se reclama prestarle más atención a la zona.
“La bajante ha presentado un gran cambio en la fisonomía del lugar”, dijeron desde la asociación y precisaron que se debería “aprovechar el momento para darle un cambio a una zona que ha sido olvidada por años”, tratándose de su “único espacio público de cara al Río Paraná”.
Lamentablemente, es algo normal encontrar residuos plásticos y de otros tipos al caminar por la orilla y las barrancas del cauce principal del Paraná, cosa que también ocurre en los brazos del mismo. Y esta problemática no sólo afecta al medio ambiente, sino también a las personas que consumen el agua y los peces del río.
En un momento determinante para la preservación de estos ecosistemas como el que estamos viviendo, hay que reconocer estas tareas e incentivar también la implementación de medidas concretas. El no poder hacer este tipo de actividades es solo una de las aristas que da cuenta de un problema muy grande, que tiene que ver con intensas sequías, contaminación de las aguas y, también, quemas indiscriminadas que tiene un impacto negativo enorme sobre la flora y fauna de nuestra región.