Cada año, decenas de asteroides pasan relativamente cerca de la Tierra, a ocho millones de kilómetros. Para evitar un posible impacto apocalíptico contra nuestro planeta, la Nasa diseñó una estrategia para defender a la humanidad: estrellar una nave para tratar de cambiar el rumbo de la roca espacial. La prueba comenzará en 2021 y el blanco será la luna del asteroide Didymos.
La relación entre el hombre y el espacio siempre fue particular. Asimismo, hay eventos que parecen sacados de una película de ciencia ficción, como el nuevo proyecto de la Nasa, que consiste en estrellar una nave contra un asteroide, para evitar que este impacte contra la Tierra.
Son varios los cuerpo rocosos que pasan a distancias relativamente cortas, con relación a nuestro planeta. En 2021 comenzaría la primera misión para lograr desviar la dirección del Didymos. La misma fue bautizada como DART (Double Asteroide Redirection Test o Prueba de Redireccionamiento del Asteroide Doble en español), un acrónimo que significa también “dardo”, según publicó Crónica.
¿Que es Didymos?
Didymos es un asteroide de 800 metros de ancho que, tiene previsto pasar considerablemente cerca de nuestro planeta (a unos 11 millones de kilómetros de distancia) en octubre de 2022 y luego repetir su visita en 2024, explicó National Geographic. Está orbitado por una luna de unos 150 metros de ancho, bautizada Didymoon.
El plan de la Nasa consiste en estrellar una nave de media tonelada del tamaño de una heladera a 24.000 kilómetros por hora contra Didymoon y luego medir cualquier cambio en su órbita para saber si logró desviarlo. "La Tierra seguramente enfrentará una roca espacial lo suficientemente grande como para destruir una ciudad, o peor, en algún momento de su futuro", sostiene National Geographic respecto al proyecto DART.
En esta primera etapa se intentará comprobar si ésta estrategia podría funcionar. La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio clasifica cualquier objeto de más de 140 metros de ancho que pase a ocho millones de kilómetros de la Tierra como "asteroide potencialmente peligroso", explicó Lindley Johnson, oficial de defensa planetaria del organismo estadounusense.